Después de unos cuatro primeros meses del año inusualmente tranquilos en cuanto a incendios forestales se refiere, con menos de cuatro hectáreas de vegetación herbácea quemada en la provincia, el pasado sábado se asistía al primer aviso relativamente serio en este capítulo, con la proliferación de llamas hasta en tres focos distintos en el paraje natural de Las Lagunas de Ruidera.

La rápida actuación de los efectivos contra incendios evitó males mayores en un suceso en el que, a falta de las conclusiones de la investigación, fue provocado por la negligente mano del hombre. Desde la Asociación Profesional de Agentes Medioambientales de Castilla-La Mancha (APAM-CLM), se apunta a estos primeros incendios como el ejemplo de que, en el actual marco de cambio climático, urge a flexibilizar las fechas que circunscriben la campaña especial de prevención y extinción de incendios forestales, acotadas por el Gobierno regional del 1 de junio al 30 de septiembre.

Desde este colectivo de augura una campaña contra incendios «complicada». Las lluvias caídas en Semana Santa han facilitado el crecimiento de la vegetación, que ahora, con la llegada del calor, se convierte en material combustible. Quedaba demostrado en el episodio de Las Lagunas de Ruidera, coincidiendo con los primeros días de calor (se rondaron los 30 grados), con el peligroso añadido del viento. «Este contexto de cambio climático es una realidad que no la ve quien no quiere verla. Los veranos son cada vez más largos, empiezan antes, en mayo, y acaban en octubre. Es un clima cada vez menos templado», resume Alfredo Poveda, portavoz de APAM-CLM, quien recuerda que no basta con ampliar en el calendario las restricciones impuestas a los usuarios del monte, sino que también es necesario acompañar esa ampliación del periodo de riesgo alto de incendios forestales con la movilización de recursos humanos y «con un dispositivo disponible al cien por cien».

Desde esta asociación también se denuncia que la Consejería de Desarrolo Sostenible se hayan invertido dos millones de euros en 55 nuevos vehículos que «solo sirven para posar asfalto y no son aptos para el medio forestal, que es donde nos movemos nosotros», lo que consideran «una situación gravísima» y un «desafío» para este colectivo de cara a la nueva campaña estival. Un error que la Consejería no habría cometido, según defienden, «si se nos hubiera consultado a los profesionales».

El pasado 7 de mayo este cuerpo ya se movilizó en Toledo instando al Gobierno regional al refuerzo de la campaña contra incendios forestales, y no descartan volver a hacerlo. En la provincia de Ciudad Real hay en plantilla un total de 82 agentes medioambientales, de los cuales 72 participarán en la campaña.