Antonio desaparece y Carmen resiste

César Muñoz
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La coincidencia entre los registros del INE y los bautizos revela que el paso del tiempo cambia los nombres de moda, pero no el origen común de todos ellos en el santoral

 

Los niños y niñas ciudadrealeños ya no se llaman Antonio o Carmen. Los nacidos en la década de los años veinte del siglo XXI se llaman ahora Lucía, Hugo, Martín y Paula. Estos cuatro nombres son los más frecuentes entre los que tienen cuatro o menos años en Ciudad Real: se llaman así 115 niños y niñas de cada 1.000.

Hay nombres que cotizan al alza en los últimos años, como Aitana, mientras otros desaparecen entre los elegidos por los padres y madres de esta década. Un histórico en la provincia, como ha sido Antonio, líder hasta los años sesenta, ha dejado de aparecer entre los veinte preferidos. Mientras, las Cármenes ciudadrealeñas, también líderes hasta los años setenta, se quedan ahora fuera del top 10 de nombres de las nuevas ciudadrealeñas. Eso sí, en la provincia aún hay casi 8.000 Antonios y 7.000 Marías del Carmen. 

«En líneas generales, siguen usándose los nombres que los padres observan en sus entornos». Esa es la interpretación que realizan desde el Obispado, donde saben mucho de nombres. En las parroquias de Ciudad Real se bautizaron a 2.642 niños y niñas en 2022, el 79% del total de 3.339 nacidos ese año. 

Entre los veinte nombres más repetidos para los niños de los años 2020, Manuel y Ángel son los únicos que se mantienen desde los años treinta del siglo pasado. En la misma línea se siguen usando Carmen y María, para las que tampoco pasan los años ni las modas. 

En cuanto a la variación de nombres, las familias abren más el abanico cuando se trata de sus hijos. Entre ellas triunfan seis: Lucía, Paula, Valeria, María, Carla y Sofía. En el caso de los chicos hay algo más de concentración, con nueve nombres más frecuentes: Hugo, Martín, Daniel, Álvaro, Mateo, Alejandro, Lucas, Manuel y Marcos.

La relación de esta concentración es mayor si se tiene en cuenta que entre los nacidos en los últimos años son algo más numerosos los niños que las niñas. Así, dentro de los últimos años, por ejemplo en 2022 nacieron 1.753 hombres por 1.586 mujeres.

PROCEDENCIA. Más allá de los datos contabilizados por el INE, la parroquia de San Pedro de la capital es una de las que más bautiza de toda la provincia. Allí indican que la diversidad es mayor en las niñas. Citan los nombres de Alejandra, Marta, Ana, Lucía, Jimena y Carla. Los tres últimos también figuran entre los veinte femeninos más célebres.

En lo que no cambia Ciudad Real es en la procedencia de los nombres. Desde la iglesia de San Pedro se recalca que los más exóticos apenas se dan, algo que coincide con la tesis del INE y del propio Obispado: «Es raro que la gente use nombres que existen desde hace poco».

En el caso de Ciudad Real, los nombres de las dos vírgenes más asociadas a ella, Alarcos y Prado, se observan de forma muy minoritaria, «apenas apreciable».

El caso de Prado merece atención especial, pues se da la circunstancia de que fue muy frecuente en el siglo pasado. Tanto, que a costa de ser casi exclusivamente patrona de la capital, en los registros de los sesenta y setenta se podía encontrar en el top 20 provincial de nombres.

La estadística lo confirma: entre los cuarenta nombres más usados para niños y niñas, la mayoría sigue acogiéndose al santoral, aunque no sea necesariamente el del día de nacimiento.