Un grupo de alumnos del ciclo de Integración Social del instituto Atenea de Ciudad Real ha realizado un mapa digital de establecimientos accesibles, en el que es la segunda vez que realizan una labor estadística en la ciudad. En el primer trimestre, participaron en el proyecto piloto de personas sin hogar, que el Ministerio, inició en las calles ciudadrealeñas, y el resto del curso han trabajado en esta aplicación, para lo que han utilizado una iniciativa de la Fundación Telefónica, Mapa Accesible.
Este mapa de locales accesibles se podría considerar el segundo realizado en Ciudad Real capital. El anterior se hizo en 2013 por parte del Ayuntamiento, que lo convirtió en una guía en papel y se creó con el apoyo del Patronato de Personas con Discapacidad. La iniciativa, que aún se puede consultar en la web municipal, permitió observar las necesidades de Ciudad Real y creó un registro de establecimientos accesibles y un protocolo de adhesión a la iniciativa, con la intención de hacer nuevas ediciones, que no se concretaron con la crisis.
Las profesoras Patricia Almendros y Carmen Belén Moreno están detrás de esta iniciativa. Ambas imparten las clases de promoción de la autonomía personal en la que se trabaja «todo lo que tiene que ver con las personas en situación de discapacidad» y se optó por completar la teoría con esta práctica. La aplicación de la Fundación Telefónica tiene más de un lustro, pero «no había nada en Ciudad Real», explicó Moreno, quien destacó que en un curso han mapeado un centenar de locales de la capital, estableciendo si son o no accesibles y por qué motivos. Para hacer este trabajo, las profesoras entregaron a los estudiantes una acreditación, para identificarlos y que les permitieran hacer preguntas y tomar fotografías, intentando hacer oficial esta tarea de clase. Así, incluyeron en el mapa espacios privados y del ámbito público, con la intención de dar continuidad al proyecto en próximos cursos.
Un mapa digital señala los locales accesibles de la ciudad - Foto: Rueda Villaverde«Nos repartimos los diferentes sitios y fuimos yendo a ver si podíamos acceder a ellos y poder hacer fotos y ver la accesibilidad que tenían», explicó la alumna Yanira García, quien dijo que lo más difícil fueron los espacios donde no les dejaron hacer el mapeo, entre los que hubo alguna administración pública. «Somos poco accesibles», concluyó esta estudiante, como resumen del trabajo, en el que no solo han aprendido para clase, sino que han cambiado el modo de ver la ciudad.
En esa nueva actitud es clave el papel de Ciudad Accesible y la conversación con sus integrantes en una clase magistral. Así, Tomi Rodríguez, de Ciudad Accesible, indicó que el mapa y hablar con los estudiantes ha sido una grata experiencia. «Hemos intentado que algunos alumnos puedan conocer la dificultad que tenemos para desenvolvernos en silla de ruedas y lo primero que comprobaron fue que al llamar al timbre no podían» en su propio instituto y, luego, vieron las rampas o el peso de las puertas.
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Como complemento a este trabajo, en clase, los estudiantes han imaginado cómo sería una casa completamente adaptada para personas con discapacidad y lo han convertido en una maqueta, que aún están terminando, con el apoyo de Ciudad Accesible. La intención es que el modelo sea un regalo para la asociación.