Si hay una persona que conoce muy bien los entresijos de la eliminatoria por evitar el descenso entre Manchego y Real Avilés Industrial ése es Sergio Inclán. Natural de Avilés, entrenó al Manchego entre las temporadas 2017-18 y 2019-20. De Ciudad Real guarda muy buenos recuerdos y amistades, aunque en la actual plantilla solamente queda de su época Pascu, pero también se acuerda de empleados como Juan Antonio Gómez y su hijo Álvaro.
Esta campaña dirige al Gijón Industrial, un modesto club al que había ascendido a Tercera la pasada campaña, pero con el que no ha podido mantener la categoría, si bien, posee una oferta para continuar y él está allí satisfecho.
Desde la distancia ha seguido la actualidad del Manchego y conoce muy bien a la plantilla del Real Avilés, al que va a ver siempre que sus obligaciones se lo permiten. De hecho, tiene previsto acudir al encuentro de vuelta.
Para el asturiano, el relevo en el banquillo asturiano tiene como objetivo "liberar la cabeza de los futbolistas. Había un ambiente enrarecido entre la afición, el técnico y el director deportivo y eso ahora se apacigua". En este sentido, piensa que el principal inconveniente para el Manchego "es que ahora no sabe lo que se va a encontrar y eso siempre afecta a la preparación. Tendrá que ir adaptándose durante el partido porque ahora no sabe cómo va a jugar el rival".
De lo que está convencido es que el aspecto mental será clave en la eliminatoria, pues recalca que los dos equipos llegan en dinámicas bien diferentes.
«El objetivo al inicio de la temporada del Real Avilés Industrial era quedar campeón y subir a Primera RFEF. Hasta hace bien poco incluso estaban hablando de intentar clasificarse por el play off de ascenso y ahora se ven implicados en esta promoción. No sé cómo van a asimilar esa presión».
Por el contrario, observa a un Manchego que «ha ido hacia arriba. Es el caso contrario, pues era un conjunto que casi se veía descendido y ahora está con un estado de ánimo por las nubes».
Inclán advierte que, a su juicio, el Avilés «tiene mejor plantilla, pero a ver cómo conviven con esa presión» y en cuanto al Manchego, admite que vio más partidos en la etapa de Jon Erice, «cuando jugaba con más alegría. Con Graff es un conjunto más sólido, más práctico, que juega a no encajar».
En este contexto, piensa que el resultado de ida puede determinar mucho de lo que ocurra en la eliminatoria, y avisa que en el choque de vuelta al Manchego le esperará un gran ambiente en el estadio Román Suárez Puerta. "El año pasado, en la eliminatoria final por el ascenso a Primera RFEF, que perdieron con el filial del Granada, metieron a 8.000 personas. Tantas no va a haber, pero sí 4.000 o 5.000", vaticina.
Para el avilesino, los puntos fuertes del equipo de su ciudad natal son «Natalio, que es un delantero con mucho gol; Edu Cortina, que si puede jugar marca diferencias en el centro del campo; y Álvaro, que me parece un portero muy bueno, pero que no sé por qué desapareció de las últimas alineaciones».