Sevem son las siglas de Sistema Español de Verificación de Medicamentos y es uno de los términos tras el que se esconde un nuevo gesto al entregar un medicamento en la farmacia.Los farmacéuticos leen una imagen bidimensional, similar a la que se emplean ya en muchos lugares turísticos para llevar al visitante a una web con información de un edificio, por ejemplo, pero que en este caso indica la trazabilidad de esa caja concreta e indica todo su recorrido desde el laboratorio hasta la oficina de farmacia para garantizar su seguridad y que es un medicamento verificado.
El sistema arrancó el pasado 9 de febrero y según el presidente del Colegio de Farmacéuticos de Ciudad Real, Francisco Izquierdo, ha tenido «los problemas y ventajas de un proyecto a nivel nacional», por lo que ha habido algunas situaciones pero que «se han ido solventando». Izquierdo recordó que se establece un plazo de cinco años antes de que Sevem funcione al completo «porque hay medicamentos que no tienen el identificador único todavía». La obligación era fabricarlos todos con esa imagen bidi desde el mismo día en que comenzaba el programa, aunque ya había laboratorios que venían utilizando los nuevos empaquetados. Esto no quiere decir que haya diferencias entre un medicamento y otro, ya que la custodia y la protección de los medicamentos perdura, recordó Izquierdo.
Con Sevem, «la farmacia adquiere la obligación de verificar dos dispositivos nuevos de seguridad que se incorporan a los medicamentos», dijo el presidente del Colegio de Farmacéuticos de Ciudad Real. Ese código es conocido como Datamatrix por las farmacias y «contiene el código de producto, lote, caducidad e identificador único», es como si cada caja de medicamentos tuviera «un carné de identidad que lo hace único» y que permite «establecer una trazabilidad total» mediante la que «se trabaja contra la falsificación». Izquierdo recordó que en España no ha habido «un problema de falsificación, nunca se ha detectado un medicamento falso». El segundo aspecto que se incluye es un elemento de seguridad antimanipulación de cualquier producto.
Para llegar hasta aquí cada farmacia ha tenido que «elaborar una red que conecta todas las oficinas de España a un repositorio nacional», lo que implica adaptar su software y se ha tenido que realizar además una inversión que permita la lectura de estos códigos bidimensionales, una iniciativa que muestra la intención de los farmacéuticos de «estar a la vanguardia».
«En el momento de la dispensación se verifica que ese medicamento es auténtico y el dispositivo no ha sido alterado», dijo Izquierdo, una vez entregado se desactiva del sistema. Este modo de trabajo podría suponer el final del cupón precinto, el código de barras que se toma de cada medicamento cuando se entregan a un paciente con receta. Para llegar a ese punto hace falta que «todos los medicamentos cumplan con la condición de tener imagen bidimensional» y que las farmacias sean capaces de notificar al Sescam que se ha entregado cierto medicamento bajo receta. «En el futuro desaparecerá el cupón precinto cuando el Sescam compruebe que hemos desactivado ese cupón», dijo el presidente de los farmacéuticos de la provincia.
ni internet, ni amazon. El presidente de los farmacéuticos apuntó que Sevem no tiene nada que ver con la venta de medicamentos a través de la web, aunque advirtió sobre los peligros de comprar en internet donde «no hay profesional asesorando y que pueden ofrecer cierto riesgo», por ejemplo en aquellos que necesitan receta en España pero no en el extranjero o en internet.
Tampoco esta herramienta busca solventar los problemas de abastecimiento que existen en algunos medicamentos ya que para esta situación, los colegios cuentan con un sistema de comunicación, por el que comunican y pueden prever ciertos desabastecimientos.