Comodidad es la palabra que más se repetía ayer entre los ciudadrealeños que acudieron a ver el resultado de una de las obras claves de la pasada legislatura y el inicio de esta, la reforma integral de la plaza de toros. Este domingo el coso reabre con la primera corrida desde 2019 y en la que torearán Morante de la Puebla, Emilio de Justo y Roca Rey. Ayer fueron decenas de aficionados los que se subieron a las gradas, pasearon por el callejón o pudieron ver los toriles, una de las grandes novedades de la plaza, porque son de nueva construcción. Se han ampliado los vomitorios, para garantizar la seguridad y se han añadido nuevas zonas de paso en las gradas, que han hecho el entorno más accesible, gracias también a la instalación de un ascensor. Una inversión total de 2.283.000 euros para realizar la primera reforma integral de la plaza de toros desde 1873. 

«La han dejado en su ser, pero está mejor acondicionada», comentaba Marilí Richard, una de las aficionadas que acudirá este fin de semana a los toros. A su lado, Marisa señalaba que había ido para ver el estado porque con la edad ya le costaba acceder a los asientos. «Nosotros sacaremos el abono, porque ya he visto que es accesible con las nuevas escaleras», explicaba. María Luisa Ortega, junto a ellas, señalaba la seguridad con barras para subir escalones. «Lo que hace falta es que vengamos, que se llene el domingo», apuntaba. Esta es otra de las frases que se repetía ayer por los aficionados, que no quieren que vuelvan a pasar tantos años sin disfrutar del coso. 

En este sentido, estas jornadas de puertas abiertas, que se celebran hasta el viernes y que son de acceso libre de 11 a 13 horas, sirven para recorrer al completo las plazas de toros. Con aficionados probando el ascensor, observando los palcos, accediendo a esas zonas escondidas, como la zona de la capilla o las cuadras. Una vuelta completa entre vídeos y fotos para observar una plaza que «está muy reformada, conservando lo que era, y más cómoda, con una parte de corrales que ha quedado fenomenal, todo nuevo», decía Bernabé. 

La plaza de toros gana en comodidad - Foto: Rueda VillaverdeTambién surgieron algunas pegas, como esa disminución del aforo, que ha pasado de 7.740 a 6.366 espectadores sentados y muchos han perdido su asiento clásico en la reforma. Otros apuntaban a que aún no está la numeración en algunas zonas y otros se preguntaban por qué no habían aprovechado para subir algunos asientos, porque con «30 centímetros de altura» no permite sentarse a gusto para ver la corrida. «El tendido alto sí es cómodo porque tiene más altura, pero eso es sumamente incómodo», señalaba, apuntando a las gradas del tendido bajo. 

«Lo que hace falta ahora es mantenimiento, para que no lleguemos a lo que hemos llegado, casi a su hundimiento», pedía Juan José Moreno, uno de esos aficionados, que ante la inminente reapertura, confían en que no vuelva a ocurrir un cierre como el de estos años.

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