El Día Mundial de la Salud Mental es un día festivo, pero también es un día recordatorio de que existimos, de que tenemos unos derechos y unas reivindicaciones», dijo este martes el presidente de la asociación de salud Mental de Ciudad Real (Apafes), Jesús Sánchez, al inicio de la lectura del manifiesto de este año. Un texto en el que los usuarios leyeron una proclama en la que recordaron que el trabajo es «un derecho», también para las personas afectadas por un trastorno.
«Con un trabajo conseguimos la autonomía, descubrimos nuestro potencial y logramos sentirnos útiles, partícipes de esta conquista colectiva que es la sociedad», indicaron los usuarios que expusieron el texto en la plaza Mayor. Eso sí, recordaron que no debe ser un empleo en el que haya «rechazo» y, por eso, demandaban ayer «espacios» donde se pueda trabajar desde «la autoestima, la seguridad y la confianza». Por este motivo reclamaron empleo con apoyo o la posibilidad de reforzar los servicios psicosociales en el entorno laboral, porque las personas afectadas prefieren «la preocupación por el trabajo que el vacío de una vida sin horizonte».
La actividad reivindicativa de la mañana tuvo su continuidad por la tarde con un acto en la Facultad de Educación, donde la directora general de Humanización, Maite Marín, señaló la importancia de incorporar la opinión de las personas con problemas de salud mental en el diseño y en el desarrollo de los planes y programas de intervención que les atañen. El Plan de Salud propone un cambio de modelo orientado hacia la humanización de la asistencia y de las instituciones y que preste especial atención a la inserción laboral de las personas con problemas de salud mental, indicó.
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El alcalde de Ciudad Real, Francisco Cañizares, participó en los actos de la mañana, donde hubo una suelta simbólica de globos, con los colores de la salud mental, amarillo y verde. El subdelegado del Gobierno, David Broceño, estuvo en los actos de la tarde.