Los pozos de emergencia dejaron de bombear en el Parque Nacional de Las Tablas de Daimiel el pasado 15 de abril. Fue la fecha en la que decayó la autorización especial de la Confederación Hidrográfica del Guadiana (CHG) después de que el 20 de diciembre se pusieran en marcha para garantizar la humectación de una parte del paquete de turbas y evitar el riesgo de autocombustión espontánea que de forma natural puede originarse en estos ecosistemas. Un capítulo que Las Tablas de Daimiel ya vivieron en el año 2009, cuando el subsuelo empezó a arder por falta de agua.
En estos casi cuatro meses, los pozos han aportado al humedal manchego un total de diez hectómetros cúbicos. De tal forma, que tras las últimas mediciones, realizadas a principios del mes de abril, el parque nacional cuenta con más de 440 hectáreas encharcadas de las más de 1.800 que conforman la superficie encharcable. Gracias a ese aporte hídrico, Las Tablas de Daimiel está mejor que hace unos meses, cuando recibió el mes de noviembre con solo 22 hectáreas con agua. Ahora, su imagen es diferente y los turistas pueden contemplar un humedal al que día a día le va llegando agua y más avifauna.
A pesar de que el humedal tiene más agua que hace unos meses, su situación dista muy lejos del panorama ideal que debería tener a lo largo de todo el año, ya que según el Plan Rector del Parque Nacional, el objetivo mínimo de inundación es de 1.400 hectáreas inundadas a comienzos de primavera y 600 hectáreas a finales de verano. Por ello, ante la falta de intensas precipitaciones, en los últimos años se sustentan mediante las extracciones de agua de los pozos. No es la primera vez que la batería de sondeos de emergencia se pone en marcha para tratar de conseguir encharcar Las Tablas, pues en marzo de 2020 se llevaron 5,75 hectómetros cúbicos al parque en dos meses. A partir de octubre de ese mismo año se bombearon otros 5,75 hectómetros cúbicos con la llegada del nuevo año hidrológico. Y en mayo de 2021, el agua bombeada al parque a través de los pozos fue de más de 230.400 metros cúbicos. La última vez fue en diciembre.
Tras las últimas lluvias de la borrasca Nelson, el río Gigüela, diez años después de que lo hiciera por última vez en 2014, comenzó a principios de abril a aportar agua de forma natural a Las Tablas, que tradicionalmente se sustentaba de los aportes de las aguas superficiales de los ríos Gigüela y Guadiana, y de los aportes de las aguas subterráneas del denominado Acuífero 23, declarado sobreexplotado.
revisar las concesiones. La Plataforma Sin agua, no habrá vida, de Villarrubia de los Ojos se reunió este mes en el salón de plenos del Ayuntamiento para mostrar su apoyo a las demandas de Cooperativas Agroalimentarias de Castilla-La Mancha y Asaja de revisar las concesiones aprobadas por la Confederación Hidrográfica del Guadiana (CHG) en diciembre y, por tanto, reponer las cuantías anteriores debido a las lluvias. La Plataforma la integran las cooperativas El Progreso y El Rubial, Hermandad de San Isidro Labrador, Afammer, Amfar, Asaja, COAG, PP, PSOE y Vox y el Ayuntamiento.