El templo del balonmano se rinde a los 'Hispanos'

J.M. Beldad
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El Quijote Arena volvió a vibrar con la selección española en una noche de emoción y entrega en la que Ciudad Real mostró su pasión por el balonmano

El templo del balonmano se rinde a los ‘Hispanos’ - Foto: José Ramón García Carpintero

Ciudad Real se vistió de gala en el España - Serbia y los ecos de otro tiempo pasado, en el que era, de facto, la capital europea del balonmano, resonaron en las paredes del Quijote Arena. Una pista donde se granjeaban victorias para la historia los mejores jugadores del mundo. "Miguel, aquí empezó todo", "Álex, te quiero, dame tu camiseta" eran algunas de las pancartas que se podían leer en las gradas. Las atronadoras ovaciones para "los de casa" -Dani y Álex Dujshebaev y Miguel Sánchez-Migallón- destacaron en un partido donde cada gol de España hacia temblar los asientos del templo del balonmano ciudadrealeño.

Los autobuses desembarcaron en los aledaños del pabellón por decenas, con muchos clubes de balonmano y visitantes de localidades de la provincia que no quisieron perderse la vuelta de la selección española a la capital ciudadrealeña. Tres banderas enormes de Castilla-La Mancha, España y la ciudad, presidían el Quijote Arena junto a la camiseta con el 2 de Alberto Entrerríos. Cuando eran todavía las 19.15 y con casi una hora para el partido por delante, las gradas estaban repletas y el speaker hacía las delicias del respetable. La mascota de los Hispanos, Rosca, bailaba e involucraba a todos en sus disparatadas aventuras.

Muchos niños y niñas llevaron a sus padres y abuelos a la tienda oficial de la selección para intentar que les compraran una camiseta. En el partido, muy duro físicamente y con un alto nivel de contacto, la afición se hizo un defensa más y rugía en cada ataque y en cada defensa. En un gesto de homenaje, se le cantó a Álex Dujshebaev con el mismo cántico con el que se loaba a su padre. La ola se apoderó de las gradas durante casi toda la segunda parte y Ciudad Real vivió una fiesta de balonmano y entregada a su idilio con el deporte del 40x20.

El templo del balonmano se rinde a los ‘Hispanos’El templo del balonmano se rinde a los ‘Hispanos’ - Foto: José Ramón García Carpintero

Tanto es así, que los últimos 5 minutos con el partido prácticamente igualado, el Quijote Arena se convirtió en una caldera que animaba al unísono. En el último tiempo muerto del partido, a falta de 40 segundos, se apagaron las luces y a ritmo de Sweet Caroline, Ciudad Real encendió sus linternas y se preparó para la batalla de la última defensa hispana que le dio la victoria a España por dos goles. Al terminar el partido, parecía que nadie quería irse y, de nuevo, al ritmo de la misma canción, los jugadores dieron una vuelta agradeciendo su apoyo a un pabellón todavía repleto. Asimismo, los jugadores salieron a firmar camisetas y bufandas de los cientos de chavales que los esperaban en las primeras filas: "Papá, me ha firmado Dani".

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El templo del balonmano se rinde a los ‘Hispanos’
El templo del balonmano se rinde a los ‘Hispanos’ - Foto: José Ramón García Carpintero
El Quijote Arena mostró un gran ambiente durante todo el partido
El Quijote Arena mostró un gran ambiente durante todo el partido - Foto: J.M.Beldad
El templo del balonmano se rinde a los ‘Hispanos’
El templo del balonmano se rinde a los ‘Hispanos’
El templo del balonmano se rinde a los ‘Hispanos’
El templo del balonmano se rinde a los ‘Hispanos’
El templo del balonmano se rinde a los ‘Hispanos’
El templo del balonmano se rinde a los ‘Hispanos’
El templo del balonmano se rinde a los ‘Hispanos’
El templo del balonmano se rinde a los ‘Hispanos’
El templo del balonmano se rinde a los ‘Hispanos’
El templo del balonmano se rinde a los ‘Hispanos’

En el descanso, la Federación rindió homenaje en el mismo escenario donde hace siete años se retiró la camiseta con el dorsal 2 de Alberto Entrerríos, a su hermano Raúl, Jorge Maqueda, Joan Cañellas, Viran Morros, Julen Aginagalde, Daniel Sarmiento, Antonio García, Víctor Tomás, Valero Rivera y Cristian Ugalde. Con especial ovación para los que jugaron en Ciudad Real en la época dorada: Morros, Aginagalde y Cañellas. Unos Hispanos de leyenda para una Ciudad Real que recordó su historia, porque Ciudad Real es balonmano.