La Asociación Española contra el Cáncer de Ciudad Real ha convocado la que será su quinta beca predoctoral, en un proceso abierto junto a otras 32 provincias. Este otoño debería estar entregándose esa beca, pero el año pasado, tras el arduo proceso de selección, el investigador acabó renunciando a la cuantía económica al contar con una llamada de otra universidad para su proyecto. «Sacamos esta para el año que viene y tenemos en cartera la del año pasado, la tenemos en el presupuesto de la entidad y yo quiero que se cubra», explicó el presidente provincial de la asociación, Marciano Sánchez, señalando que si hubiera candidatos podría darse una doble ayuda el próximo año, y llegar a los seis investigadores predoctorales contratados desde Ciudad Real.
Las becas predoctorales surgieron en el año 2019 en la provincia de Ciudad Real, como una manera de fomentar la investigación en cáncer y el desarrollo de tesis sobre esta materia en la provincia. Cuatro se han entregado con una dotación económica que supera los 100.000 euros, para que los investigadores elaboren su tesis durante cuatro años, con la posibilidad de ampliar a un quinto, e incluso se da la opción de realizar un doctorado internacional de la mano de la asociación del cáncer en otro país.
Además, de esta beca provincial, que convocan estos días otras 32 provincias españolas, la Asociación contra el Cáncer de Ciudad Real está estudiando junto al resto de entidades de la región crear una segunda beca de investigación, dirigida a toda Castilla-La Mancha. Solo Albacete concede becas como la de Ciudad Real y el contar con una regional abriría la puerta a investigadores de Cuenca, Guadalajara y Toledo. «Vamos a proponer una beca regional precisamente para apoyar a las provincias que no tienen aún investigación» en la que cada provincia aportaría una quinta parte.
Cátedra. Los proyectos de la entidad continúan con la Cátedra UCLM-Asociación contra el Cáncer, ya diseñada en Albacete y pendiente en Ciudad Real. «Aquí va más despacio porque es mucho más complicada», ya que el objetivo es crear una Cátedra de Humanización de las Matemáticas, aprovechando que el Laboratorio de Matemática Oncológica (Molab) está en la capital y que realiza estudios en cáncer con el uso de modelos matemáticos que permitan conocer el impacto de la medicación en pacientes reales o cómo avanza un tumor. «La apuesta es mucho más complicada y creo que para el 2025 tendremos la posibilidad de tener la Cátedra o, al menos, su aprobación y que para el 2026 ya sea una realidad», indicó Sánchez, recordando que de conseguirlo sería «la primera Cátedra de Humanización en Matemáticas prácticamente en todo el mundo».