El Seminario Diocesano de Ciudad Real ha dado inicio al curso académico con sentimientos encontrados. Por un lado, prevalece la ilusión y el compromiso por seguir formando a los futuros sacerdotes y por la gran participación en el Instituto de Teología, según su rector, Juan Serna. Por otro, la preocupación ante el reducido número de seminaristas, con catorce en el Seminario Mayor y siete en el Menor- y los desafíos que plantea la sociedad actual marcan el tono de la inauguración. Serna inaugura el curso con una mezcla de esperanza y preocupación. A pesar del reducido número de estudiantes, Serna ha destacado el entusiasmo de los seminaristas, quienes, asegura, están «trabajando con mucha esperanza».
La Ratio Institutionis Sacerdotalis, que llega desde la Congregación del Clero y Seminarios, pide un número ideal de 24 estudiantes en el Seminario Mayor. La realidad demográfica y cultural influye en esta situación, ha comentado Serna, apuntando a diversas razones que explican la baja inscripción de nuevos seminaristas y el poco número de vocaciones. «Seguramente son muchas razones: la secularización, la demografía o incluso la falta de planteamiento vocacional dentro de la comunidad cristiana», ha señalado. En este sentido, el rector lamentó la desconexión que muchos jóvenes experimentan respecto a su vocación religiosa. A pesar de las dificultades, el Seminario no pierde la esperanza y busca nuevas formas de fomentar vocaciones. «Queremos animar a los jóvenes que se están haciendo estas preguntas a que den el paso, a que entren», ha afirmado Serna, y subrayó que el trabajo formativo continuará, con el objetivo de seguir preparando a los futuros sacerdotes para «ayudar a la gente en los pueblos de Ciudad Real para que vivan su fe».
Por su parte, Juan Villegas, profesor de Filosofía y encargado de impartir la lección inaugural, ha señalado a importancia del estudio de la filosofía en la formación sacerdotal. «Es fundamental el estudio de la filosofía, hoy más que nunca», ha asegurado Villegas, quien además ha afirmado que este conocimiento es crucial para entender la teología y para comprender el mundo actual. Villegas ha alertado sobre la superficialidad que, según él, caracteriza a la sociedad contemporánea. «Las sociedades actuales son muy superficiales». El profesor ha señalado cómo el estudio de la filosofía ayuda a los seminaristas a desarrollar una comprensión más profunda de los acontecimientos y realidades que los rodean.
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En su lección inaugural, Villegas ha planteado una reflexión sobre la necesidad de recuperar el pensamiento crítico y el valor de las humanidades en la formación de los jóvenes. «Se puede guiar fomentando una cultura que incentive la lectura de grandes obras de la literatura, del arte y la arquitectura», comentó, destacando el papel de las humanidades en la formación de individuos capaces de «ir más allá de la superficialidad». Tanto Serna como Villegas han señalado que «el futuro inmediato del Seminario es trabajar porque haya más seminaristas», y con la esperanza en el «crecimiento de las vocaciones y la firme convicción de que la formación filosófica es clave» para enfrentar los retos de la sociedad moderna.