Caídas en mayores: un riesgo evitable

La Tribuna de Ciudad Real
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El Colegio Oficial de Podología de Castilla-La Mancha, con su compromiso de ayudar a la población en la prevención, lanza una campaña informativa sobre el riesgo de caídas en los mayores

Colegiados de Podología en la última asamblea celebrada en Alcázar de San Juan - Foto: La Tribuna

Un estudio desarrollado en España cuantificó que la primera causa de mortalidad en mayores de 65 años son las caídas; de éstas, una de cada doce provoca una fractura de cadera y el riesgo de caer de nuevo en ese mismo año se multiplica por 20. Por tanto, es el primer motivo de consulta en atención primaria en pacientes mayores. En base a estos datos, el Colegio Oficial de Podología de Castilla-La Mancha, con su compromiso de ayudar a la población en la prevención, ha decidido lanzar una campaña informativa sobre el riesgo de caídas en los mayores.

Detrás de una caída siempre existe un trastorno del equilibrio. La postura en el ser humano depende de la lucha que mantenemos por estar de pie frente a la gravedad y por el propio entorno. Este principio fundamental en el cuerpo se realiza de manera automática. Con el paso de los años, se va perdiendo estabilidad debido a factores tales como déficit de fuerza muscular, deformidades estructurales en articulaciones por la adquisición de una mala postura mantenida en el tiempo, desarrollo de actividades 'forzosas', trastornos cognitivos… En definitiva, el propio envejecimiento.

El riesgo de caídas es directamente proporcional al mantenimiento del equilibrio de una manera automática. Esto significa que la caída en el mayor viene determinada porque el mantenimiento de nuestro sistema postural se hace de manera consciente (hago el esfuerzo de mantener mi postura de pie), con lo cual ya no puedo estar tan pendiente de otras cosas: desde observar riesgos en el terreno, valorar peligros que los desestabilicen, hasta trastornos del aprendizaje.

Los mayores van a tener que hacer el esfuerzo extra de modificar constantemente la posición de los pies para mantenerse estables. Este exceso de trabajo en los tobillos provocará su bloqueo con el paso del tiempo, lo que ocasionará deformaciones adaptativas en los pies para el mantenimiento de la estabilidad de la persona y hará que el trabajo de equilibrio del cuerpo pase a realizarlo la cadera. Cuando esto sucede, observaremos cómo comienza la inestabilidad en las personas. 

Debemos adelantarnos a este fatídico acontecimiento realizando un estudio de estabilidad, postura y pisada en estas personas, ya que la caída repercute directamente también en una pérdida de autonomía física y social, además del miedo a volverse a caer, la tormenta perfecta para ser el comienzo de un mayor deterioro. 

En cualquier clínica de Podología podremos realizar este estudio, y resolveremos este riesgo gracias a tratamientos sencillos como unas ortesis plantares o plantillas personalizadas de estabilidad. Su función será la de ayudar a la persona a mantener el equilibrio de manera automática, proporcionando confort y amortiguación en los pies, algo que agradece mucho el pie geriátrico castigado por el paso de los años.

De igual manera, desde el ámbito de la Podología se dispone de la aparatología y tecnología más puntera para resolver patologías y lesiones de tipo degenerativo articular en pie y tobillo sin necesidad de llegar a tratamientos más agresivos, como la cirugía ortoprotésica, puesto que una buena pisada repercute en el resto de nuestro cuerpo evitando que sufran otras articulaciones, como pueden ser rodilla, cadera o, incluso, lumbares. 

El mejor tratamiento es la prevención, y para ello debemos visitar profesionales con su titulación y colegiación. El Colegio Oficial de Podología de Castilla-La Mancha cuenta con un listado de colegiados su web: www.copclm.es.