La clínica Cimax es un centro médico dedicado al ejercicio de la cirugía oral, maxilofacial y especialidades odontológicas que abrió sus puertas hace 16 años en la céntrica calle Alarcos de Ciudad Real. Desde hace dos cuenta con una unidad para el diagnóstico y tratamiento de la patología de la articulación témporo-mandibular (ATM). Un equipo multidisciplinar, compuesto por maxilofaciales, un dentista, un ortodoncista, un otorrino, un fisioterapeuta y un psicólogo, aborda esta dolencia con tecnología digital de última generación.
«Para que una articulación témporo-mandibular funcione bien, el paciente tiene que morder adecuadamente, ejecutar movimientos como masticar, hablar o tragar saliva de forma pasiva, es decir, sin forzar la musculatura, que es lo que al final produce problemas como bruxismo, síndrome de dolor miofascial o patologías degenerativas», explica el doctor Matías Cuesta, director de la clínica y jefe de servicio de Cirugía Oral y Maxilofacial del Hospital General Universitario de Ciudad Real (HGUCR).
Cuesta hace hincapié en que las consultas relacionadas con esta patología son cada vez más frecuentes, especialmente por el estrés y la ansiedad que generó la pandemia de coronavirus. «Un estudio del Consejo General de Colegios de Odontólogos y Estomatólogos de España, realizado sobre miles de estadísticas, demuestra que el porcentaje de pacientes que consultan por un problema de dolor articular o muscular o bruxismo ha pasado de un seis a un 23 por ciento», subraya.
El equipo multidisciplinar de Cimax se apoya en un equipamiento de última generación, con el que logran conocer con exactitud la biomecánica de la articulación y cómo muerde el paciente, y todo ello de una forma virtual, con lo que «la posibilidad de error disminuye drásticamente». «Todo el estudio previo se realiza a través de un escaneado intraoral», explica el doctor Cuesta, para hacer hincapié, a renglón seguido, en que «cuanto más preciso es el diagnóstico, mejor vamos a poder ayudar a cada paciente con la patología».
Explica que la mayoría de los tratamientos son conservadores, no requieren intervención quirúrgica. Se utilizan, por ejemplo, férulas que se adaptan a las características de cada paciente, el tallado selectivo, toxina botulínica o medicación miorrelajante y antiinflamatoria. Apunta, en este sentido, la importancia de la ortodoncia desde el punto de vista funcional.
«Si queremos conseguir un correcto patrón masticatorio, evitar el desgaste dentario, prevenir recesiones gingivales, evitar y prevenir abfracciones y mantener una correcta salud de las articulaciones témporo-mandibulares, la estabilidad oclusal, es decir, morder adecuadamente, es de vital importancia», sentencia el director de la clínica Cimax.