Cooperativas Agroalimentarias celebró una reunión de su sectorial vitivinícola para conocer si podía revisar al alza las previsiones iniciales de vendimia realizadas en el mes de julio. Un encuentro en el que se puso de manifiesto que los datos iniciales, entre 23,5 y 24 millones de hectolitros en la zona de La Mancha, parece ser que va a ser la cifra que finalmente se obtenga. Para España eso se traduciría entre 38 y 40 millones de hectolitros. Los datos se encuentran en «la media de la última década».
«Se vino a corroborar que las previsiones que habíamos hecho en un principio, más o menos las mantenemos», dijo el portavoz de la sectorial, Juan Fuente, quien explicó que en los varietales se ha mejorado respecto a la desastrosa cosecha del año pasado, mientras que en airén, sin «datos definitivos», se marca una producción en la línea de los últimos años. «Pretendíamos ver si realmente estábamos en línea con lo que habíamos dicho en el mes de julio con lo que está ocurriendo ahora», indicó, en un momento en que la vendimia está generalizada.
La problemática ahora vendrá por la línea de los precios. «Se han hecho ya algunas operaciones», que plantean que en las exportaciones, donde trabajan las cooperativas, principalmente, se está pagando algo mejor que en las tablillas de las empresas particulares. «Esto sí lo sabemos», pero «tampoco se están realizando ahora mismo grandes operaciones, por lo tanto, hay que ser prudentes». «Hasta que no esté toda la uva en la bodega, no vamos a saber bien cómo van a andar los precios», más allá de que «el vino tinto parece que sigue estando un poco estancado», mientras que la blanca, ciertos varietales están en ascenso.
«Sabemos que las existencias son pequeñas, que las producciones, salvo en Italia donde no hay información, no van a ser grandes, aunque tampoco van a ser malas», apuntó el coordinador de la sectorial. «Lo que no tenemos claro es el comportamiento del mercado» y de ahí su preocupación, porque «va a la baja el consumo». «Esto sí que es preocupante, porque si el consumo baja, que no haya muy buenas cosechas, tampoco es un problema, porque al final, si no se consume tanto, el problema va a seguir existiendo».
La idea de Cooperativas Agroalimentarias es que los precios «no tienen por qué caer ni tienen por qué bajar de forma escandalosa, porque las disponibilidades de vino no van a ser muchas», aunque esta parte económica se sabrá al término de la vendimia.
Rentabilidad. Una clave de cara al futuro con estas previsiones es la rentabilidad de la viticultura, en un momento en el que la reconversión, por una parte, ha llevado la mecanización a la vendimia o el regadío, buscando una reducción de costes. «Aquellos viticultores que tengan muchos viñedos en vaso, con dificultades para encontrar personal, que cuando lo encuentran es caro y con producciones bajas, tienen un problema». Mientras, hay un grupo de agricultores que hizo la reconversión y además que han logrado varietales de buenos precios en blanco.
«Hay una polaridad grande en la viticultura» y «hay gente que lo está yendo muy bien, aquellos que tienen sus viñas reestructuradas, con regadío, mecanizados y con variedades que están adaptadas al mercado» y quienes no han hecho la reconversión.