Moral de Calatrava tiene ya todo preparado para celebrar este sábado, 16 de diciembre, uno de sus eventos más importantes marcados en rojo en el calendario. Se trata de su belén viviente y que este año, en su decimoquinta edición, contará con 32 escenas compuestas por más de 120 figurantes. Instalado en el centro histórico, el recorrido comenzará en la calle Constitución para concluir en la plaza de España después de presenciar las distintas escenas de un belén viviente que en esta ocasión quiere recordar los 800 años del primer belén 'vivo' que realizó san Francisco de Asís en Grecio, un pequeño pueblo al norte de Roma.
Moral vivirá «un acontecimiento único» gracias a la generosidad de la Parroquia de San Andrés Apóstol, artífice de la idea y organizadora de un evento que se ha convertido ya «en un referente, no solo de la provincia y de la comarca, sino también de la región». Así lo comenta con «orgullo y satisfacción» el alcalde de la localidad, Manuel Torres, quien señala además que la afluencia de público es «cada vez mayor». Fiel reflejo de ello es que el año pasado se contabilizaron en solo un día más de 6.000 personas. Y es que, el belén viviente solo se celebra un día, pues las bajas temperaturas y las responsabilidades laborales con las que tienen que cumplir los figurantes imposibilita que se celebre en más fechas. «La gente trabaja y una persona sin moverse durante horas hace todo más complicado. La organización tiene claro que solo puede ser un día», explica Torres. Por ello, y con el objetivo de que nadie se quede sin ver este gran evento navideño, este año se ha ampliado el horario y las escenas se podrán contemplar desde las 17.30 horas hasta las 21.00 horas.
«Nadie creyó que ese belén que nació como experiencia del grupo de catequesis de la parroquia iba a tener la dimensión que ahora tiene», manifiesta el regidor, quien no solo resalta la «alta» participación que se registra en cada una de sus ediciones, sino también la generosidad y colaboración «desinteresada» de la organización y de los figurantes, personas voluntarias que «no cobran nada». Y esa, insiste, en la esencia del belén viviente de Moral de Calatrava. «El Ayuntamiento no organiza, colabora, y lo hace ofreciendo todos sus recursos humanos y materiales y todo lo necesario para garantizar la seguridad», comenta el alcalde del municipio, quien remarca que «el montante del belén viviente es gracias a la parroquia». «El Ayuntamiento pone un grano de arena muy pequeño. Colaboramos en todo lo que nos piden, pero muy poco. En este caso no nos toca ponernos la medalla», insiste.
Un acontecimiento navideño que repercute también en la economía local dando un impulso a sectores, entre otros, como el de la hostelería o el comercio. «Es muy importante el volumen económico que se deja en Moral de Calatrava», apunta Torres. Y en eso influye también el mercado navideño en el que los establecimientos ofrecen sus artículos. Se organizó por primera vez el año pasado y en esta ocasión repite.
Para el alcalde moraleño es un «lujo y orgullo» que la gente llegue a Moral no solo para ver el belén viviente y contemplar sus calles, sino también que «consuman en el pueblo» gracias a una pequeña iniciativa que comenzó hace quince años y que hoy se ha convertido en todo un referente que «aglutina multitud de masas». Se trata del «mayor acontecimiento» que vive el pueblo y que compite con otros de gran relevancia como la romería de San Blas, la Semana Santa o la festividad de la Virgen de la Sierra, pero este «supera todas las expectativas en cuanto al número de personas» y en el que todos sus vecinos se vuelcan, incluido el alcalde, quien desde primera hora de la mañana colabora con «la instalación del mobiliario».