El consejero de Sanidad, Jesús Fernández Sanz, no tiene pensado dimitir. Así lo ha manifestado esta tarde en sede parlamentaria, ante la insistencia de Vox, que exige su cese. Es más, se la devolvió a los diputados del partido de Abascal y cree que los que tienen motivos para dejar el escaño son ellos. «Tras escucharles reiteradamente solicitar la recenteralización de los servicios sanitarios autonómicos en el Estado, pido también su dimisión», les contestó. «Soy médico, juré mi juramento hipocrático y lo mantengo», se reafirmó, «ustedes no pueden decir lo mismo».
Sanz defendió su política de contratación de profesionales y destacó que en el último concurso, el del pasado otoño, ha conseguido que vengan a la región 900 trabajadores de otras comunidades autónomas. También rebatió las críticas sobre la carrera profesional. «Cada año pagamos 70 millones y estamos trabajando en el resto», expuso, «no puede basarse todo en la carrera profesional, no es el todo».
El presidente del Grupo Vox, David Moreno, lamentó que Fernández Sanz no aprovechase su intervención para anunciar su marcha. «Ha venido a hacer una intervención de triunfalismo», le recriminó. Además le echó en cara el reciente problema en los laboratorios del hospital de Toledo, con los niveles de formalhído, que ha obligado a cerrar una sala.
El diputado del PP, Juan Antonio Moreno Moya, se sumó a la crítica. «¿Van a asumir alguna responsabilidad o se van a ir de rositas?», le preguntó, «se ha demostrado que los trabajadores tenían razón».