«Tenemos como fecha tope el curso 2027», dice el obispo de Ciudad Real, Gerardo Melgar, en su carta a los fieles de este domingo y en la que vuelve a reclamar un aumento de las vocaciones para incrementar el número de personas que se forman en el Seminario Diocesano.
«Cada día va disminuyendo el número de seminaristas en nuestro Seminario, mientras que desde la Congregación del Clero y Seminarios, para su actualización de acuerdo con la Ratio Institutionis Sacerdotalis para los seminarios mayores, se nos pide que los seminarios deben tener un número mayor», indica Melgar. En concreto se piden «en las dos etapas centrales de la formación sacerdotal» un número ideal de 24 estudiantes en el Seminario Mayor, cuando en la actualidad hay apenas ocho. «De no haber conseguido un número parecido, al menos, al que propone la Sagrada Congregación para el Clero y los Seminarios, nos veríamos obligados a unirnos a otros seminarios para lograrlo, desapareciendo como Seminario Diocesano de Ciudad Real».
El obispo pide vocaciones «con urgencia». «Si el número de los seminaristas no aumenta considerablemente, no podremos seguir teniendo seminario propio como Diócesis». «La promoción de las vocaciones sacerdotales (...) nos compete a todos y debe ser responsabilidad de todos y todos debemos sentirnos responsables de que haya o no haya seminaristas y futuros sacerdotes que atiendan nuestras comunidades parroquiales», continúa el obispo. Así, recuerda que las familias cristianas «deben manifestar su gozo ante la llamada de Dios a un miembro de la misma para ser sacerdote». También pide a los sacerdotes que sean «animadores de la fe en las comunidades» y sirvan como «testimonio» que anime a los jóvenes a la vida sacerdotal.
Por último, reclama a «la comunidad cristiana» un papel activo en lograr vocaciones. «Debe hacerlo rezando al dueño de la mies para que envíe obreros a su mies, y valorando la tarea que hacen los sacerdotes en su entrega para animar la fe de los demás». En este sentido, en la carta, el obispo indica que «no animamos a nadie a plantearse la vocación sacerdotal si solo nos acordamos de los sacerdotes para criticarlos hablando mal de ellos, juzgándolos y criticando sus posibles defectos». «Sí animaremos a otros si somos capaces de valorar su generosidad, su tarea en la animación de la fe y si los consideramos personas muy necesarias», concluye.
Hay que recordar que el 5 de octubre está previsto el nombramiento de dos sacerdotes:Gabriel Rojas y Pedro Julián Delgado que serán ordenados en la Catedral.