Un aula del edificio Politécnico es lo único que hace falta para el grado de Matemáticas. Allí un grupo de alumnos, la mitad de los que normalmente llenan los pupitres porque muchos están estudiando un próximo examen, atienden a las explicaciones de Henar Herrero, catedrática de Matemática Aplicada, quien está mostrando la interpolación polinómica de Newton. La tiza resuena en la pizarra, los alumnos callan, mientras que una estudiante va resolviendo con el apoyo de Herrero la explicación. En las mesas se mezclan modernos ordenadores con cuadernos, alumnos que toman notas con quienes sacan el móvil para hacer una foto de la formulación antes de que se borre. Modernidad y tradición, para un grado que ha pasado el ecuador del primer curso y sus primeros exámenes y que afronta hoy su fiesta, con la primera vez que se celebra en Ciudad Real el Día Internacional de las Matemáticas. El 14 de marzo, o el 3/14 escrito en el formato inglés, es el Día de Pi, y además de actividades lúdicas, se celebrará una conferencia por la profesora Rosa Eva Pruneda, sobre las Matemáticas inspiradas en la naturaleza.
«Mi vocación ha sido ser profesora y hoy en día hay mucha falta de profesores en educación Secundaria» por lo que este grado es una oportunidad. «Te abre la mente y, además, luego puedo hacer lo que más me gusta: dar clase», explicó Ángela Calero, una manzanareña y una de las muchas mujeres que atienden este grado de ciencias puras. Para ella, este primer año ha resultado «difícil», porque ha necesitado cambiar el método de estudio. «Siempre he aplicado uno durante mi vida en Secundaria», pero en la universidad tuvo que cambiarlos. «Los profesores explican las clases de una manera un poco más general», aunque reconoce que ha habido un interés por los profesores en hacerlo «más accesible».
Hubo asignaturas de adaptación, explicó Henar Herrero, quien recordó que era necesario para hacer «una curva de aprendizaje» que les ayude a llegar a los objetivos de la universidad, porque tienen clases y asignaturas «completamente nuevas», como la que imparte Herrero, Métodos Numéricos. También ese primer cuatrimestre ha servido a los profesores para probar la metodología de este grado, nuevo en la UCLM y sin experiencia previa a la hora de impartir estas asignaturas. «Hasta que no terminemos el primer año no acabamos de encajar todo», explicó Herrero, planteándose, por ejemplo, si hay conceptos que deben darse en este cuatrimestre o esperar a Métodos Numéricos II, que se imparte el próximo año. «No sé si me va a dar tiempo o si es conveniente» y solo el paso del tiempo puede avanzar.
Tecnologías en un aula para enseñar como antes - Foto: Rueda VillaverdeMario Gómez, un estudiante llegado de Villarrobledo a Ciudad Real, recordaba que «tiene más teoría de la que esperaba», a la vez que apuntaba que algunas cosas son tal y como pensaba cuando se matriculó, pero hay otras que «son más difíciles». También se plantea un futuro como profesor Mario Gómez, quien decidió hacer Matemáticas porque le gustaba y se le daba bien.
Ese amor por las Matemáticas es una de las claves del aula, del silencio y la atención que se presta a las explicaciones. «Se les ve muy interesados, porque a veces cuesta motivar a alumnos de ingenierías o químicos, y tienes que emplear más tiempo en motivación». De hecho, Herrero cambia su modo de dar clase a ingenieros, planteando resolución de problemas, para que aprendan de forma aplicada, a estas clases de ciencias puras, en las que se busca la lógica que hay detrás de cada fórmula. «Ellos saben que es importante» y luego «ya buscarán sus aplicaciones».
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Además, Herrero apunta una clave de este grado con el tiempo y es las sinergias que puede crear con las ingenierías más ancladas en el campus, incluso con los propios estudiantes, con unos alumnos con unos conocimientos avanzados en Matemáticas, que podrán ayudar a otros estudiantes a aprender la importancia de los números en cualquier actividad.