Puerta de entrada de cazadores nacionales e internacionales

A. C.
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El Aeropuerto de Ciudad Real recupera el pulso de la actividad cinegética y ya tiene programados 175 vuelos para esta campaña

Puerta de entrada de cazadores nacionales e internacionales - Foto: Fotos Rueda Villaverde

El aeropuerto de Ciudad Real tiene ya programados 175 vuelos relacionados con la actividad cinegética entre finales de este mes y marzo de 2024. Y serán bastantes más, puesto que el correo del responsable de Handling de la empresa South Madrid International Airport, Javier Morales, no para de recibir correos electrónicos para concretar nuevas reservas.

«Para el aeropuerto de Ciudad Real, la actividad cinegética es de vital importancia, ya que gran parte de los movimientos que se producen en este momento vienen movidos por este sector. Después de unos años inciertos por el COVID-19, la actividad fue creciendo el año pasado a niveles de antes de la pandemia y la campaña 2023-2024 se presenta muy prometedora», confirma Morales a La Tribuna.

Las aeronaves que aterrizan en esta infraestructura durante este periodo son aparatos de aviación ejecutiva con una capacidad que va de las cinco personas en los de corto alcance hasta los 14 o 16 de largo radio, que pueden cruzar el Atlántico, por ejemplo. Dejando al margen España, la procedencia mayoritaria de los cazadores son los países europeos, con el Reino Unido a la cabeza. Destaca también la presencia de estadounidenses. Todos estos movimientos se concentran durante el fin de semana, entre el jueves (primeras llegadas) y el lunes (últimas salidas), por lo que permanecen entre dos y tres días completos de media en la región.

Lo primero que ofrece el aeropuerto de Ciudad Real es «una gran seguridad para el vuelo». Morales explica que las compañías que traen a sus clientes están usando instalaciones para uso comercial. Otra ventaja es ser un punto fronterizo, donde los pasajeros pueden pasar el control de pasaportes y de armas, gracias a la oficina de la Guardia Civil de Fiscal y Fronteras: «Esto lo diferencia considerablemente de los aeródromos privados».

«Según los protocolos que marca el Reglamento de Armas, y con la inestimable ayuda de la Guardia Civil, hacemos toda la labor de control y gestión administrativa de una manera ágil y rápida, para que este trámite sea fácil y sin trabas para los cazadores», sentencia.

Del aeródromo privado a la finca cinegética

El aeropuerto de Ciudad Real, el único de España cuya gestión es totalmente privada en la actualidad, no es la única puerta de entrada a la provincia de cazadores nacionales e internacionales durante la temporada de caza. Ciudad Real cuenta con un buen número de aeródromos privados, la mayoría vinculados a fincas con actividad cinegética.

Los aeródromos privados no están autorizados a recibir vuelos comerciales, y tampoco tienen la obligación de permitir su uso a particulares distintos de sus dueños, salvo en situaciones de emergencia, es decir, tienen un uso exclusivamente particular o privado. Uno de los más famosos es el de la finca El Castaño, en el término municipal de Luciana, propiedad de la familia Botín. Tras el cierre del aeropuerto de Ciudad Real, en abril de 2012, los propietarios solicitaron un permiso al Ayuntamiento para ampliar la longitud de la pista de 900 a 1.500 metros. Además del aeródromo, la finca cuenta con diez torres de vigilancia y un importante número de venados, jabalíes y corzos en sus 11.000 hectáreas, un marco perfecto para los amantes de la caza.

El aeródromo denominado La Perdiz es exclusivo para turistas con fines cinegéticos. Su pista de aterrizaje de más de un kilómetro y medio se ubica en la finca La Nava, en Torre de Juan Abad. Allí, el ojeo de perdiz, principalmente, atrae a numerosos cazadores procedentes de países del centro de Europa y de Sudamérica, así como de Estados Unidos.

La Cuesta, en el término municipal de Montiel; La Calderera, en Valdepeñas; La Caminera, en Torrenueva; y San Enrique, en Almodóvar del Campo, son otros de los aeródromos privados que se extienden por el vasto territorio ciudadrealeño.