La economía, siempre en la lista de las principales preocupaciones del ciudadano, ha adquirido en las últimas fechas un protagonismo mayor aún desde que el presidente de los Estados Unidos activara su amenaza arancelaria prácticamente contra el resto del mundo. Un desafío que ha encogido el ánimo de todos, desde los gobiernos y las grandes empresas hasta el pequeño consumidor, que necesita más que nunca una voz autorizada que le aclare la tormenta de dudas y temores que se cierne sobre él. ¿Hasta dónde está dispuesto a llegar Donald Trump ¿Es el comienzo de otra gran crisis global? ¿Se traducirá en otra grave escalada de los precios? ¿Están en peligro los ahorros invertidos en la bolsa?
Una de estas voces autorizadas habla para La Tribuna desde su despacho de la avenida Rey Santo. Jesús Fernández-Bravo Pinto (1972, Ciudad Real) es licenciado en Administración y Dirección de Empresas, profesor asociado de la UCLM, impartiendo la asignatura de Fiscalidad Empresarial y los másteres de Iniciativa Empresarial y Auditoría de Cuentas, y es vicedecano de la Sección de Ciudad Real del Colegio de Economistas de Madrid. Con las ideas estructuradas y con un lenguaje divulgativo, intenta ejercer de lo que se espera de un economista, «analizar el pasado para poder predecir el futuro», dice sonrisa.
La primera pregunta es clara y directa. ¿Esto puede ser el inicio de una nueva crisis económica a escala mundial, otro periodo de recesión? ¿Es para preocuparse?
Aunque la crisis actual presenta ciertos paralelismos con eventos históricos como la crisis de 2001 por el 11S o la quiebra de Lehman Brothers de 2008, su naturaleza es distinta. Esta crisis es principalmente el resultado de tensiones comerciales y políticas proteccionistas, mientras que los eventos mencionados fueron catalizados por factores financieros o geopolíticos. Sin embargo, si las tensiones actuales no se gestionan bien, podrían escalar y generar una crisis más profunda, especialmente en un contexto de desaceleración económica global y mercados financieros volátiles. La cooperación internacional será clave para evitar un deterioro mayor.
Los aranceles afectan principalmente a sectores específicos como el acero, aluminio y ciertos productos agrícolas. Aunque tienen repercusiones económicas, su impacto no es tan amplio ni sistémico como para colapsar toda la economía global, al menos no en el corto plazo.
Las economías modernas están más diversificadas, lo que reduce su dependencia de un solo socio comercial, como Estados Unidos. Por ejemplo, países de la Unión Europea y Asia han buscado mercados alternativos para mitigar el impacto de los aranceles.
Las cadenas de suministro globales han demostrado flexibilidad desde la pandemia de COVID-19, adaptándose a condiciones adversas y reorganizándose rápidamente.?
¿De qué manera podría repercutir en los bolsillos del ciudadano?
Los aranceles impuestos por Estados Unidos pueden afectar significativamente a las empresas españolas que exportan productos al mercado estadounidense. Esto reduce su margen de beneficio o las obliga a aumentar los precios, haciéndolos menos competitivos frente a productos locales o de otros países no afectados.
Aunque España no es un objetivo directo de los aranceles de Trump, los efectos indirectos a través de la inflación global, el encarecimiento de materias primas y la reducción de la competencia pueden traducirse en un aumento de precios para ciertos productos en España. Esto afectaría principalmente a bienes básicos de la cesta de la compra, tecnología y sectores vinculados al comercio internacional.
Los aranceles pueden encarecer materias primas como el acero, aluminio o productos agrícolas, lo que afecta los costos de producción a nivel global. Esto se traduciría en precios más altos de bienes finales que llegan a España.
Las tensiones comerciales pueden afectar el mercado energético, impactando los precios del petróleo y el gas. Esto encarecería el transporte y la producción de bienes básicos en España.
Los mercados financieros son los que más están sintiendo esta incierta situación. ¿Cómo deben actuar los que tengan unos ahorros invertidos en bolsa?
Ante todo, evitar el pánico. Es fundamental que los inversores mantengan la calma y no tomen decisiones precipitadas basadas únicamente en las caídas iniciales del mercado.
La diversificación es clave para reducir el riesgo. Los inversores deben evitar concentrar su capital en sectores o empresas directamente afectadas por los aranceles.
Las crisis son frecuentemente temporales. Invertir con una perspectiva a largo plazo permite a los inversores superar la volatilidad del corto plazo. Además, es aconsejable aprovechar las caídas para comprar barato porque pueden ser una oportunidad para comprar acciones de empresas sólidas a precios más bajos, siempre que se mantenga una perspectiva a largo plazo.
En esta actualidad tan cambiante, lo último fue el aplazamiento de 90 días de los aranceles a todos los países menos a China. ¿Cómo interpreta este movimiento desde la Casa Blanca?
La declaración de Donald Trump, afirmando que los países 'le están besando el culo' para que retire los aranceles, refleja un tono provocador y una estrategia de presión en las negociaciones comerciales internacionales, para proyectar una posición de fuerza y también buscar consolidar su imagen política frente a su base de votantes en Estados Unidos. Ese aplazamiento de 90 días de la aplicación de los aranceles lo veo como un movimiento inesperado que busca calmar las tensiones comerciales. Sin embargo, esta pausa no se aplica a todos; países como China enfrentan aranceles más altos, llegando hasta un 125%.
Según sus declaraciones, Trump justificó esta decisión señalando que 'la gente se estaba asustando un poco'. Esto podría indicar que las tensiones comerciales estaban generando efectos económicos negativos tanto en Estados Unidos como a nivel global.
¿Este paso atrás podría ser un indicio de que Donald Trump está 'jugando de farol'?
Es difícil saberlo, pero yo creo que esto no va a durar. Hay una gran incertidumbre y no se puede saber qué va a pasar con China, porque yo creo que en el caso de Europa se ha actuado muy bien. China y la Rusia de Putin son enemigos contra los que yo creo que no puede y en algún momento la propia gente de Trump le frenarán. Yo creo que no vamos a llegar mucho más lejos.
¿Cómo se puede entender que Trump no sea mejor asesorado por su círculo de que las medidas que pretende tomar pueden perjudicar seriamente a su propio país, como se está demostrando?
Es algo que a mí sí que se me escapa, pero hemos visto durante cuatro años a una persona con signos evidentes de demencia senil que ha sido presidente de los Estados Unidos. Si los demócratas no fueron capaces de evitar esto, ¿qué le van a decir ahora a Trump los suyos? Sus propios lobbies le han dicho que el bono americano estaba cayendo, que se estaban encareciendo todas las operaciones, que caía la bolsa, que todos los multimillonarios que estaban apoyándole habían perdido tanto cuantitativa como cualitativamente, hasta un 20 por ciento. Creo que estos son los que le van a reconducir y le van a pedir que deje de jugar a esto. Pero claro, esto que está haciendo Trump es lo que anunció que iba a hacer y eso le llevó a la presidencia.
¿Es todo cuestión de intereses económicos o cree que la intención del presidente de Estados Unidos es la de establecer un nuevo orden mundial, con China como su gran adversario?
La rivalidad entre el presidente de Estados Unidos y el líder de China refleja una lucha por el liderazgo global en el siglo XXI. Aunque ambos países están interconectados, las diferencias económicas, ideológicas y geopolíticas continúan alimentando esta competencia, con implicaciones significativas para el resto del mundo.
La deuda estadounidense está en manos de China, que en 2023 poseía aproximadamente 870.000 millones de dólares en bonos del Tesoro de EE.UU. Estos dos países se disputan el liderazgo en áreas como inteligencia artificial, 5G, semiconductores y computación cuántica. Empresas como Huawei, TikTok y las sanciones a compañías tecnológicas chinas son ejemplos de esta competencia.
¿Cree que la Unión Europea está respondiendo bien a este desafío arancelario desde Estados Unidos?
Creo que la respuesta está siendo la adecuada. Se ha anunciado un catálogo de medidas sobre productos estadounidenses con un impacto estimado de más de 20.000 millones de euros, y podrían ser suspendidas si Estados Unidos acepta un acuerdo más justo y equilibrado. Esto incluye productos estratégicos y simbólicos que buscan generar presión política y económica sobre ciertos sectores clave en Estados Unidos.
El paquete aprobado contempla una aplicación escalonada en tres fases: abril, mayo y diciembre. La Comisión Europea dejó claro que estas medidas son reversibles en cualquier momento si Estados Unidos acepta un acuerdo más justo y equilibrado. Esto demuestra que la Unión Europea busca mantener la puerta abierta al diálogo y evitar una escalada innecesaria del conflicto.
Las medidas fueron aprobadas con consenso entre los estados miembros, lo que refuerza la posición negociadora de la Unión Europea frente a Estados Unidos. Solo Hungría votaba en contra.
El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, ha estado de gira buscando acercar posiciones con otros mercados, especialmente con China. ¿Lo ve aconsejable en estos momentos?
El secretario de Estado de Economía norteamericano dijo que dónde iba España con este movimiento. Yo creo que tenemos que ir dentro de la política de la Unión Europea. En esta situación lo mejor es nadar y guardar la ropa. Si Estados Unidos se ha enfrentado con China, no vayas a verlos en la misma semana porque así hemos quedado ya señalados. Probablemente, la inmensa mayoría de los estadounidenses no era capaz de colocar a España en el mapa, pero ahora muchos ya lo saben.
Como profesional y entendido en la materia, ¿qué le ha llamado más la atención durante estas semanas en las que casi solo se habla de estas tensiones económicas en el ámbito internacional?
Que desde que el presidente Trump anunciaba los aranceles, hemos dejamos de lado los derechos humanos para poner por delante las relaciones comerciales entre España y Estados Unidos, así como en las estrategias económicas generales de la Unión Europea.