Una nueva revisión científica, cofinanciada por la UE, y publicada en la revista 'Frontiers of Environmental Science', alerta de los daños que la minería de tierras raras puede causar sobre la salud humana y ambiental.
Según ha informado este lunes en nota de prensa la Plataforma 'Sí a la Tierra Viva', que se opone a que se desarrolle un proyecto de esta naturaleza en el Campo de Montiel, en la provincia de Ciudad Real, el análisis fue desarrollado en 2022 por un grupo de investigadores de los departamentos de Biología, Ciencias Químicas y Analítica para el Medio Ambiente y el Centro de Servicios Metrológicos y Tecnológicos Avanzados (Cesma) de la Universidad Federico II de Napoles.
En el estudio se afirma que "se ha demostrado que las tierras raras de la minería afectan la salud humana, ya que se acumulan en el cabello, la orina o la sangre no solo de los trabajadores mineros, que están expuestos directamente a estos elementos, sino también de los residentes cercanos a las zonas mineras".
Por lo tanto, ha recomendado primar el principio de cautela o precaución en virtud del paradigma "más vale prevenir que curar".
Este proyecto ha recibido financiación del programa de investigación e innovación Horizonte 2020 de la Unión Europea en virtud de la subvención Marie Curie e indica, como conclusión general, que "las tierras raras parecen constituir un riesgo potencial para la salud humana".
De este modo, ha reafirmado investigaciones anteriores y que sentaron las bases de trabajos posteriores que han llegado a la misma valoración.
La plataforma 'Sí a la tierra viva' ha advertido de que "no existen tierras raras inofensivas" como afirma la promotora del proyecto Neodimio en Ciudad Real, sino que cada uno de estos elementos, tanto los considerados como "tierras raras ligeras" (de menor masa atómica) como las "tierras raras pesadas" (de mayor masa atómica) presentan problemáticas particulares por sus diferentes índices de reactividad y oxidación.