Hace unos años, Beatriz Álvarez convirtió lo que fue un negocio familiar en su taller de pintura. Estaba allí, creando sus cuadros, rodeada de sus obras y pensó: «Qué bonito tiene que ser pintar y tener obras de otros artistas». De esta idea, «egoísta», como es «tener una obra para contemplar, convivir con ella y que inspire», surgió primero Labetiarte, que aguantó un tiempo en el pasaje de la Pandorga, y ahora la galería Beatriz Álvarez, con su nombre, en la calle Galicia, 16, en el barrio de Los Ángeles. Aquí realiza talleres y tiene una zona para exponer cuadros de otros artistas y hacer una parte importante en el mundo del arte, como es la venta de su material.
Pensé que «se puede vender arte, vamos a intentarlo y darle un espacio a los artistas que quieran venir, sobre todo locales», aunque explica que en su teléfono recibe más llamadas de «gente de fuera» que de la capital. Su idea es que Ciudad Real cuente con un espacio clave que empieza a surgir en muchos rincones de España. «Vas por el Barrio de las Letras y hay galerías de arte en sitios que uno no se imagina». «El arte se tiene que mover, el arte está vivo, vayas donde vayas», y quitar esa solemnidad que se tiene en algunas capitales de provincia, de ahí la importancia que tienen las galerías. Más si se tiene en cuenta que «el artista también tiene necesidad de exponer y de vender», de contar con un espacio en el que decir a sus posibles compradores que pueden ver su cuadros.
Su idea ha funcionado y en cada exposición se ha hecho alguna venta. La que tiene en estos momentos es de Ángel Alcalde, donde ya faltan algunas obras en las paredes, porque se han ido adquiriendo en las semanas que lleva expuesta su obra. Aún se pueden contemplar varios de sus paisajes del Valle de Alcudia, sus meninas Eróticas y cuadros de toreo. Aquí hay uno con su historia interna, porque se pensó para Dominguín, pero nunca se lo pudo entregar porque falleció unos días antes de acabarlo.
Su pincelada situada entre el impresionismo y el expresionismo y su colorido llena la galería durante estas semanas. «La obra de Ángel tiene alegría», explica Ávarez, al reflexionar sobre los cuadros con los que convive en la actualidad.
Hubo un tiempo en que Ciudad Real tuvo varias galerías privadas abiertas, antes de la crisis económica del ladrillo. Allí se hacían exposiciones mensuales y había esa mentalidad del arte para vender. En todas ellas, Beatriz Álvarez señala que el problema surge en «la continuidad». «El punto fuerte es que cuando se inaugura, la gente viene», indica la galerista, pero con el tiempo cuesta meter el espacio en el circuito de la capital y hacer que la gente acuda a ver qué se expone en esta galería, como se hace, por ejemplo, con los museos. Por este motivo reconoce que en el futuro la venta online será una de las claves de la galería.
«El arte está vivo vayas donde vayas», reflexiona Álvarez, que con la de Alcalde, lleva nueve exposiciones en la capital, las ocho anteriores en el local de pasaje de La Pandorga. La galería se alimenta de «la ilusión de los artistas» y también de la suya propia, porque le encanta el arte, el Contemporáneo especialmente. «Con cada exposición hemos creado una comunidad», apunta, explicando que del primero al último, se han ido interesando por quién era el siguiente en exponer en sus paredes.
Mientras, Beatriz Álvarez ha ampliado en el nuevo local las actividades con talleres de pintura, también con alguna proyección para los más jóvenes. Su instalación en el barrio de los Ángeles es una manera de hacer que el arte salga de la zona centro, situarlo en otra zona cultural de la ciudad, ya que está a unos metros del Conservatorio, por ejemplo.