La asociación agraria Asaja Ciudad Real ha manifestado su «total rechazo» a la reducción de la jornada laboral a 37,5 horas semanales aprobada ayer en el Consejo de Ministros y al incremento en 50 euros del Salario Mínimo Interprofesional, hasta los 1.184 euros, anunciado la semana pasada por la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz.
El gerente de la patronal del campo en la provincia, Agustín Miranda, expuso a este diario que ambas medidas suman un incremento de entre el 8 y el 10 por ciento de los costes laborales, «inasumible» para el sector agrario, teniendo en cuenta que «no podemos poner precios a nuestros productos, nos los pone el mercado», de manera que no puede repercutirlos.
Por lo que atañe a la disminución de la jornada laboral, se refirió a las características especiales de este sector, en el cual se trabaja en la mayoría de los casos en las campañas agrícolas y en las cuales «se intenta hacer en el menor tiempo la recogida de la mayor cantidad de cosecha», evitando así posibles daños por inclemencias meteorológicas o por el propio deterioro de los productos al ser perecederos.
Así, detalló que con esta medida se genera «un déficit de horas que es muy complicado cubrirlas por la escasez de mano de obra». En concreto, explicó que actualmente la jornada laboral en campañas como la vendimia es de ocho horas al día con la posibilidad de alargarlas, «con la flexibilidad de horarios», a los sábados por la mañana, compensando esas cuatro horas añadidas -dijo- en descansos o con el pago de horas extra. Sin embargo, con la reducción de la jornada a 37,5 horas se acorta el tiempo de recogida de los productos agrarios y se aumenta la necesidad de mano de obra para tratar de paliar esa reducción de la jornada y, el problema, incidió, es «la falta de mano de obra».
En este sentido también se pronunció el presidente nacional de Asaja, el ciudadrealeño Pedro Barato, quien indicó que esta decisión «dejará al sector en una situación muy complicada, ya que actualmente ya sufrimos una grave falta de mano de obra en nuestras explotaciones y campañas agrícolas». La reducción de la jornada «obligará a contratar más trabajadores para cubrir las mismas tareas, lo que supone un incremento de costes inasumible para muchos productores».
Por esta razón, Miranda aseguró que la medida agudizará los problemas que ya tiene el campo para contratar jornaleros y, por tanto, los agricultores tratarán de paliarlo con una mayor mecanización, lo que a su vez redundará en «un mayor abandono del mundo rural».
«La reducción de jornada no responde a la realidad del campo, donde los trabajos agrícolas dependen de factores como la climatología y los ciclos de producción. Ya es complicado negociar los convenios con la jornada actual, como para ahora imponer una reducción sin atender a las necesidades reales del sector», advirtieron desde Asaja en un comunicado de prensa en el que alertaron del «grave impacto para el sector agrario» que tendrá la reducción de la jornada laboral.
En este sentido, Agustín Miranda lamentó que el Gobierno haya decidido dar luz verde a esta medida «de forma unilateral, sin consenso», puesto que solo se ha tenido en cuenta a los sindicatos, pero no a las patronales. De igual modo, lamentó que el Gobierno «vacíe el contenido de las negociaciones colectivas», puesto que, a su juicio, son cuestiones que se abordan en el ámbito sectorial.