El balonmano es el gran protagonista estos días en el Campo de Calatrava con motivo de la cuarta edición de la Spartan Handball Cup, organizado por el Balonmano Pozuelo. Más de 1.200 jugadores de 69 equipos de 19 clubes afinan su puesta a punto en esta pretemporada en un torneo que se ha convertido ya en una referencia. Con equipos procedentes de todos los puntos de España, y categorías desde alevín hasta sénior, los resultados son lo menos importante en una competición donde priman la deportividad y el compañerismo. 

Debido al gran número de equipos, los partidos se disputan en Pozuelo, que es el punto neurálgico del torneo, y en Carrión, Valenzuela, Torralba, Miguelturra, Almagro y Ciudad Real. 

Junto a los equipos han llegado numerosos familiares, de tal forma que encontrar alojamiento para estos días es muy complicado en la comarca, por lo que el impacto económico del torneo es muy importante. No en vano, también se ha organizado un Congreso de Desarrollo Turístico Sostenible para dar a conocer el patrimonio de estas localidad, así como rutas guiadas.

La Spartan Handball Cup, un torneo para estrechar lazos - Foto: Rueda VillaverdeDesde Pamplona ha llegado el Loyola, del colegio San Ignacio, que compite en este torneo con 4 equipos y que está pernoctando en el colegio de Pozuelo. La entrenadora del equipo juvenil masculino, Sandra Zudaire, asegura que este torneo «es muy bueno porque compites contra equipos que durante la campaña no te vas a enfrentar a ellos y eso siempre es positivo. Además, los jugadores se lo pasan bomba en estos días de convivencia, una filosofía con la que el colegio se siente muy identificado». 

También en el colegio de Pozuelo se alojan los cuatro equipos del Puerto del Carmen Lanzarote, cuyas jugadoras aseguraban ayer estar acusando el calor de estas latitudes en la península. Miguel Ángel Lemes, entrenador de los conjuntos juvenil y cadete, al que une una gran amistad con Eusebio Angulo, presidente del BM Pozuelo, explica que tras encontrar los recursos suficientes para afrontar el desplazamiento, decidieron participar y asegura que la experiencia para las jugadoras «está siendo fantástica. Lo estamos pasando un poco mal por el calor, pero este torneo es muy bueno para estas alturas de pretemporada, aunque lógicamente los resultados no son lo importante». 

Las integrantes del Mislata se quedan en la Granja Escuela Orea y son habituales de la Spartan, «un torneo que nos gusta muchísimo», admiten.

La Spartan Handball Cup, un torneo para estrechar lazos - Foto: Rueda VillaverdeEn el Mislata, uno de los clubes con mejor cantera del balonmano femenino español, milita la cadete Miriam Jiménez, que confiesa que este torneo «es una motivación en un periodo como la pretemporada que siempre es duro. Nos ayuda mucho a conocernos mejor y está muy bien».

Su entrenadora en el conjunto valenciano es Ariadna Rodríguez, que asevera que «viene muy bien para la pretemporada. Además de trabajar lo deportivo, la convivencia es muy importante durante estos días. Ayuda a conocerse mucho mejor y está programado en unas fechas propicias».

Desde Córdoba, el equipo juvenil masculino defiende su título y presenta también un equipo infantil femenino. Pepe Morales, entrenador del equipo masculino, afirma que «este tipo de torneos nos gusta mucho a técnicos de base. Te lo puedes tomar un poco más relajado, para probar cosas y los resultados no son la prioridad». 

La Spartan Handball Cup, un torneo para estrechar lazos - Foto: Rueda VillaverdeEl Balonmano Pozuelo también participa en la Córdoba Handball Cup, torneo que se celebra en Semana Santa, por lo que las relaciones entre ambas entidades son muy buenas, y Morales resalta la importancia de que «los jugadores y entrenadores convivan». En su caso, se alojan en la Universidad Popular y destaca también la importancia de que existan este tipo de torneos.

La maquinaria de esta IV Spartan Handball Cup no sería posible tampoco sin los árbitros ni los voluntarios. De hecho, es tal el volumen de encuentros que han tenido que llegar colegiados de otras regiones como Extremadura y Comunidad Valenciana. Sin olvidar tampoco a los 60 voluntarios, en su mayoría jugadores, amigos y familiares del club anfitrión, que se encargan de la logística y otras facetas como mesa arbitral. 

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