La subida de tipos de interés, con el euríbor registrando en octubre de 2023 su dato más alto en 15 años, elevó hasta las 3.800 el número de cancelaciones de hipotecas durante el pasado año, ciudadrealeños que liquidaron su deuda antes de tiempo para evitar pagar de más por los intereses y que elevaron las liquidaciones de los créditos hasta su cifra más alta desde 2008, cuando la escalada de los tipos de interés también acechó al mercado inmobiliario. 

En Ciudad Real, el año pasado se cancelaron más hipotecas de las que se concedieron, en un momento en el que hubo «un ligero endurecimiento de las políticas de riesgo en algunas entidades», lo que también dejó otro efecto notable en la forma en la que los ciudadrealeños se acercaron al mercado inmobiliario: la mitad de las casas que se compraron se hicieron sin hipoteca de por medio y con el dinero por delante. «Solamente han podido acceder a la adquisición de vivienda aquella persona con el efectivo suficiente para poder hacer frente a la compra sin necesidad de recurrir a préstamo hipotecario», explican fuentes financieras consultadas por La Tribuna. 

En Ciudad Real, el año pasado, cambiaron de manos cerca de 4.900 viviendas, en un año en el que se concedieron algo menos de 2.500 préstamos para la compra de inmuebles. En total, el 49,4% de las viviendas se adquirió sin firmar una hipoteca antes. Solo una vez se compraron más casas de esta forma: en 2013, en plena resaca de la crisis inmobiliaria, con el acceso al crédito todavía más difícil que ahora. 

«La banca empieza a querer otra vez perfiles altos para la concesión de hipotecas», indican las fuentes consultadas. Una realidad que se agudiza en el mercado de las fincas rurales. En 2023 solo se vendieron 242 en una provincia como Ciudad Real. Nunca se vendieron tan pocas al acabar un año. 

De vuelta a las viviendas, en 2023 se volvió a bajar de las 5.000 operaciones de compraventa. Se redujeron el 6,5 por ciento en comparación con 2022, que fue el mejor año para el mercado inmobiliario ciudadrealeño desde 2010. El pasado 2023 fue el segundo mejor año desde entonces. Lo que no cambia es el tipo de vivienda que se vende en la provincia. De segunda mano y en el mercado libre. Prácticamente, nueve de cada diez casas que se compran son viviendas usadas, la que no se vende por primera vez. Este tipo de inmuebles protagonizaron el 87,6% del total de las operaciones. Más que nunca. Desde 2010 este tipo de operaciones capitalizan más de la mitad del mercado inmobiliario. Antes, lo normal, era que se vendieran más casas a estrenar. Otros tiempos.

En cuanto a la vivienda protegida, se comercializaron el año pasado 380. Apenas una al día durante el año. En 2008 la apuesta por la VPO se traducía en casi 1.500 ventas de este tipo de inmueble con algún tipo de protección.