De la sequía extrema y la necesidad urgente de un trasvase para abastecer a la comarca de la capital, a estar en posición como para dejar atrás el escalón más grave de la sequía. Esta es la situación que atraviesan los embalses de Torre de Abraham y Gasset que con las lluvias del mes de enero y de este arranque de febrero han llegado al punto en el que podrían dejar atrás la situación de emergencia. En concreto, la suma de ambos embalses superan los 54 hectómetros cúbicos de agua embalsada, y lo que falta ahora es tiempo: si en los próximos dos meses mantuvieran esa situación, dejarían atrás la fase de emergencia para volver a alerta. 

Si se da esa situación, este año seguiría prácticamente el mismo guión que el pasado. Es decir, que hubo un verano y un otoño secos que llevaron a una situación extrema, sin agua para beber más allá de un año, y al que sigue un invierno lluvioso que en apenas unas semanas llena las reservas hasta cierto límite. En 2023, Gasset y Torre de Abraham salieron de la emergencia en marzo y regresaron en junio, mientras que ahora, si mantienen la cuantía actual, saldrían de emergencia en el mes de abril. 

Por poner en perspectiva lo ocurrido, el pasado 15 de enero, hace solo cuatro semanas, había 26,5 hectómetros cúbicos de agua en la suma de ambos, 10,5 en el Gasset y 16 en Torre de Abraham. En parte de embalses, el de ayer, 12 de febrero, había 55,3 hectómetros y el agua sigue entrando. En concreto, hay 38 hectómetros cúbicos en Torre de Abraham y 17,3 en el Gasset. Solo en la última semana han entrado 5,8 hectómetros más. De hecho, la situación es casi calcada a la que había el año pasado por estas fechas, cuando la suma de ambos embalses era de 56,7 hectómetros cúbicos. 

Además, esta semana han mejorado sus cifras otros embalses como el Vicario, que gana 0,1 hectómetros, y llega a uno;también sube el agua embalsada en Peñarroya, que pasa de 36,1 a 36,4; así como el embalse de Puente Navarro, de 0,7 a 0,9.