Ciudad Real es la sede durante esta semana de la II Copa Nacional de Fútbol Sala de Seminarios. Un evento que combina deporte y convivencia entre los más de 50 participantes, procedentes de los seminarios de Burgos, Zaragoza, Granada y Ciudad Real, además de algún otro a título particular.
La primera edición se celebró el año pasado en Valencia y esta vez, por iniciativa de los propios seminaristas, ha recalado en Ciudad Real, tal y como asegura Juan Serna, rector del Seminario de Ciudad Real, que subraya la importancia de este tipo de eventos para que los propios seminaristas se conozcan, refuercen lazos de amistad, hagan comunidad, compartan experiencias y conozcan también la provincia, pues  hay visitas guiadas y otras actividades programadas, que concluirán el jueves a las 11 horas con la misa de clausura que presidirá el obispo, Gerardo Melgar.
Los jugadores son estudiantes del Grado de Teología y se optó por el fútbol sala por ser una modalidad muy practicada y que permite que se puedan formar equipos con una cierta facilidad. La crisis de vocaciones, sin duda, se deja notar.
En la organización está José Ángel Callejas, del Seminario de Ciudad Real, que destaca el aspecto de convivencia que tiene este torneo.

Natural de Ciudad Real es Iván Bastante Villaseñor, sacerdote en varias localidades del Valle de Alcudia, como Brazatortas y Fuencaliente, y que ejerce como árbitro del torneo, ya que posee el título federativo. "Necesitábamos a alguien que conociese las reglas para dirigir los partidos", argumenta, y bromea al señalar que "espero que al menos aprendan la obediencia. Soy permisivo a la hora de dejar jugar y luego les explico por qué. Ésta es una iniciativa bonita y espero que la gente que viene pueda disfrutar", apostilla.

Uno de los grupos más numerosos es el del Seminario de Burgos, que ha llegado a Ciudad Real con 18 personas. El conjunto castellano ya fue finalista la pasada edición y uno de sus integrantes es Guillermo Pérez, diácono de Burgos, que confesaba que no llevaban muy bien las altas temperaturas."Participamos el año pasado y fue enriquecedor. Pudimos conocer otros seminarios y es una gran oportunidad para convivir. El deporte es la excusa para vivir y compartir nuestra vocación".

Goles que impulsan vocaciones - Foto: Fotos: Rueda Villaverde

A Burgos llegó desde la República Centroafricana hace dos meses Yordi, de 24 años, y al que esta actividad le viene muy bien para adaptarse e integrarse con sus compañeros de Seminario, donde asegura haberse sentido muy bien acogido desde el inicio.

Con el Seminario de Zaragoza juega el brasileño Lucas Barsch, de origen alemán y viviendo en España desde hace un lustro. En su caso es la primera vez que participan y han llegado a Ciudad Real con seis personas. "Lo más bonito es conocer gente. A través del deporte convivimos en estas jornadas y seguro que nos sirve de una gran ayuda".

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En las gradas, ayer por la mañana se citaban numerosos jóvenes vinculados a parroquias de la capital y que con sus ánimos y muestras de apoyo confían en ser buenos anfitriones para que todos ellos se lleven un grato recuerdo de su estancia en Ciudad Real.