El jurado popular compuesto por nueve personas que debe decidir si el acusado de homicidio de Ciudad Real es culpable o no de haber matado a disparos a Nelson David, un hombre que entró a su casa de campo para robar, ha iniciado este viernes su deliberación.
La presidenta de la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Ciudad Real ha hecho entrega al jurado del objeto del veredicto, las preguntas que tienen que responder durante la deliberación según las pruebas que se han visto durante el juicio, para llegar a un veredicto de culpabilidad o no culpabilidad.
Asimismo, ha recordado al jurado que los hechos sobre los que van a decidir son de "transcendencia", por lo que les ha pedido "mesura y templanza" al tiempo que les ha recordado que para resolverlos únicamente deben atender a las pruebas presentadas.
El acusado, un librero octogenario, se enfrenta a una pena de doce años y seis meses de prisión por un delito de homicidio.
Los hechos, según el escrito de calificación del Ministerio Fiscal por los que ha sido juzgado, tuvieron lugar sobre las dos de la madrugada del día 1 de agosto, festivo en Ciudad Real, en el interior de su casa de campo cuando el acusado se despertó y salió a poner en funcionamiento el sistema de riego.
El acusado, que en su habitación tenía dos escopetas paralelas, un rifle, dos escopetas de un cañón y diversa munición, todas ellas en perfecto estado y con sus permisos legales, cogió una de ellas cargada con dos cartuchos ante el temor de que pudiera estar siendo víctima de un robo.
Entonces, salió al corralón existente en el exterior de la finca y nada más salir, desde la puerta de su vivienda observó en las inmediaciones del cuarto de herramientas a una persona, la víctima, que tenía múltiples antecedentes penales por delitos patrimoniales, que portaba en sus manos una motosierra apagada que previamente había cogido del interior del cuarto de aperos con la intención de sustraerla.
El acusado se dirigió directamente al lugar donde se encontraba esta persona, apuntando en todo momento con la escopeta hacia esa dirección y cuando se encontraba a una distancia de cinco metros le disparó, según el escrito del fiscal con ánimo de acabar con la vida de esta persona.
Algo que el propio acusado ha negado durante todo el juicio y que en su turno de última palabra se mostró convencido de que él no mató a nadie esa noche.
La fiscalía y la acusación mantienen que, como han demostrado los forenses, un primer disparo de frente impactó en la cara anterior del tórax, y acto seguido, cuando se encontraba a una corta distancia, efectuó un segundo disparo por la espalda que impactó en la cara posterior del tórax.
Tras efectuar ambos disparos, regresó a su habitación y cargo de nuevo la escopeta con otros dos cartuchos, se dirigió de nuevo al lugar donde yacía el cuerpo ya sin vida de la víctima y efectuó un tercer disparo al aire.
La víctima falleció en el acto como consecuencia de los dos impactos recibidos en zonas vitales.