Antonio Espadas

Antonio Espadas


¿Irresponsabilidad política o claro desinterés por la tauromaquia?

15/08/2024

Los aficionados nos preguntamos sobre la gestión que han realizado los responsables de la Corporación Municipal de la plaza de toros de Ciudad Real. Aunque siempre decimos que los toros no son ni de izquierdas ni de derechas, sino del pueblo, hay que admitir que los políticos, de cualquier ideología, tienen el poder de influir en el futuro de la Tauromaquia, para bien o para mal, donde gobiernan.
Después de las últimas elecciones municipales, celebradas en mayo del pasado año, era lógico esperar que los partidos que llegaron a un acuerdo de gobierno, PP y Vox, quienes se declaran defensores de la Tauromaquia, revertirían la decisión del PSOE, que gobernando con Unidas Podemos, decidió suprimir la subvención que se concedía a la empresa arrendataria de la plaza de toros. Aunque esta subvención era de pequeña cuantía, ayudaba al empresario a organizar carteles dignos que atraían a numerosos visitantes, generando ingresos, especialmente en la hostelería.
Estos partidos, que criticaron duramente la decisión de suprimir la subvención, prometieron que si llegaban al poder, restaurarían lo perdido. Esto nos hizo pensar que apoyarían la Fiesta en todos los aspectos. Sin embargo, al centrarnos en lo taurino y en nuestra capital, debemos denunciar lo ocurrido, ya que estuvimos a punto de quedarnos sin feria en nuestra plaza.
Ha pasado más de un año desde que la nueva Corporación Municipal asumió el control de la plaza de toros, y una de sus responsabilidades era elaborar un pliego para adjudicar la plaza a una empresa que organizara espectáculos taurinos. Sin embargo, los meses pasaron y el pliego no aparecía, lo que llevó a la adjudicación directa de la plaza para su reinauguración a una empresa, sin permitir que otras compitieran en un concurso convocado con tiempo suficiente. Esta adjudicación, además, incluyó una subvención importante, que nadie había solicitado, lo que provocó la indignación de otras empresas y de los aficionados.
La indignación aumentó cuando finalmente se publicó el pliego, el cual fue duramente criticado por ser ilógico en casi todos sus aspectos. Apenas se valoraba la programación taurina, se dejaba total libertad al empresario para fijar los precios, y la adjudicación quedaba en manos de un «jurado desconocido» que otorgaba puntos sin criterios claros.
Para justificar la ausencia de subvención, el representante de Vox a nivel municipal afirmó que, dado el éxito de público en la corrida de reinauguración, Ciudad Real estaba en el escaparate taurino y habría numerosas empresas interesadas en la adjudicación de la plaza. Sin embargo, solo se presentaron dos empresas, de las cuales se descartó una por incumplir algún requisito, a pesar de que su programación taurina era superior a la finalista.
En un giro inesperado, y posiblemente como consecuencia de una demanda presentada por la empresa descalificada y la posible impugnación de la adjudicación, así como para evitar la ausencia de feria taurina, el Ayuntamiento decidió ceder la plaza a la empresa expulsada sin dar explicaciones sobre este proceso desastroso.
Cuando todos pensábamos que nos quedaríamos sin toros, parece que la intervención del alcalde, que debió hacerse mucho antes, salvó la situación y tendremos una feria con carteles que considero lo suficientemente atractivos como para asistir las cuatro tardes a la plaza. Curiosamente, tendremos que agradecer esta feria a la desastrosa gestión de la Concejalía de Festejos, Tradiciones Populares y Plaza de Toros, que estuvo a punto de privarnos del espectáculo que más personas congrega en la Feria.
Ahora quedan varias incógnitas por resolver, como si la empresa a la que se ha cedido la plaza continuará, si habrá un nuevo pliego para sacar la plaza a concurso, si habrá subvenciones, y si en un nuevo pliego se valorará adecuadamente la programación taurina sin mezclar cuestiones ajenas a la Tauromaquia.
Esperemos que la mala experiencia vivida sirva para que los responsables municipales recapaciten, porque ni Ciudad Real ni su afición taurina merecen lo ocurrido.