Científicos del Grupo de Investigación en Ecología y Gestión de Fauna Silvestre del Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos (Irec) de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM) y del Grupo de Rehabilitación de la Fauna Autóctona y su Hábitat (Grefa) han publicado un nuevo manual divulgativo para llevar a cabo el control de plagas de topillo campesino.
Este manual con base científico-técnica está dirigido a profesionales del campo, naturalistas y cazadores y tiene como objetivo proporcionar el conocimiento necesario para la comprensión del origen de la plaga de topillo campesino (Microtus arvalis), que especialmente afecta a Castilla y León, y la puesta en práctica de un sistema de gestión integrada basado en el control biológico de la especie.
Así lo explican sus autores Carlos Cuéllar Basterrechea (Grefa) y Javier Viñuela Madera (Irec) en el propio manual, consultado por EFE.
El topillo campesino es considerado en Europa como uno de los vertebrados que más daños causa a la agricultura y el control biológico es un sistema de prevención y combate de plagas consistente en utilizar organismos vivos para reducir la abundancia de la especie que está perjudicando una explotación agraria o forestal.
Concretamente, el control biológico de roedores en explotaciones agrícolas es una práctica muy extendida por todo el planeta, desarrollada ya en países como Israel, Chile, Estados Unidos, Sudáfrica, República Checa, Malasia o Australia.
A finales del siglo XX, el topillo campesino colonizó la práctica totalidad de los ecosistemas agrícolas en la submeseta norte de la Península Ibérica, conocida como Tierra de Campos, en Castilla y León.
Desde entonces, sus dinámicas poblacionales se caracterizan por fluctuaciones cíclicas de densidad y abundancia, con picos o "estallidos" que generan situaciones de plaga en intervalos regulares cada 2-5 años, lo que supone impactos ecológicos, socioeconómicos y sanitarios importantes a escala regional.
De hecho, el topillo campesino está considerado en Europa como la especie de vertebrado que mayores daños agrícolas produce durante periodos de alta densidad demográfica.
Con el fin de prevenir los daños asociados a los cultivos, el topillo campesino fue objeto de gestión poblacional mediante la aplicación de campañas de control químico con rodenticidas anticoagulantes, acompañadas de otras medidas auxiliares, como la destrucción de los márgenes de los cultivos.
Sin embargo, estos métodos "tradicionales" de control de plagas no sólo no tuvieron el efecto deseado sobre las poblaciones de topillo, sino que supusieron un impacto medioambiental negativo considerable sobre el conjunto del hábitat agrícola de Tierra de Campos.
Por ello, científicos tanto de Grefa como del Irec llevan más de una década trabajando en el desarrollo de una estrategia integral para el control biológico de las plagas de topillo campesino.
Y una parte fundamental de esta estrategia se sustenta en la transferencia de las lecciones aprendidas a los sectores implicados, que es, precisamente, lo que se pretende con la publicación de este manual, que está disponible en la página web del Irec