El Caserío Ciudad Real quiere cortar su racha negativa este sábado en el Quijote Arena (17 horas) ante el Mallorca, conjunto que ocupa posición de descenso directo y en cuyo cuerpo técnico está Rolando Urios, que fuera pívot del BM Ciudad Real y de la selección española, además de entrenador del BM Alarcos.
Tras las dos derrotas frente a Ibiza y Barça Atlètic, el equipo amarillo es tercero en la tabla a 4 puntos de los líderes, Burgos y Guadalajara, pero con un colchón de 7 puntos en las posiciones de fase de ascenso.
Óscar Ruiz, portero del equipo, asegura que la plantilla era consciente de que este pequeño bache de resultados «podía suceder porque cada partido es a vida o muerte. Tenemos gente con experiencia y estamos con muchas ganas. Sabemos que hay que igualar el nivel de intensidad de los rivales porque si no es muy difícil sumar. Hay que poner en valor la situación que tenemos ahora mismo, nadie nos ha regalado nada».
En el Quijote Arena, Óscar Ruiz admite que «el público nos da un extra para hacerlo bien, pero eso no puede traducirse en ansiedad. Hay que tomarse el partido como uno más, hay que dar el máximo e igualar el nivel de intensidad del rival».
El portero ciudadrealeño no cree que en la derrota ante el Ibiza fuera un problema de actitud, sino que en esta categoría «todos los equipos tienen mucha calidad y cualquiera te puede ganar. Los partidos se deciden por pocos goles y al final son pequeños detalles los que hacen que puntúes o no».
En lo personal asegura estar muy contento en el vestuario y luchando por minutos con Santi Giovagnola y Fernando Romero. «En lo competitivo estoy contento y con ganas de dar aún más, pero mientras siga habiendo buenos resultados yo estaré contento», concluyó.