El próximo día 26, los ciudadrealeños tendrán que elegir a los concejales y alcaldes de sus ayuntamientos, a sus representantes en las Cortes de Castilla-La Mancha, a los europarlamentarios y, además, la composición de la Diputación Provincial, institución básica para la colaborar en la gestión municipal pero para la que no hay una urna específica para decidir quién la compone. El reparto de sillas en el Palacio de la calle Toledo dependerá de los resultados que salgan de las elecciones municipales. A más votos, más concejales y, de paso, más diputados según el reparto que dictamina la ya famosa fórmula D’Hondt.
La novedad este año es que la corporación pierde peso. Según se estipula en la Ley de Régimen Electoral General, el número de diputados provinciales se determina, al igual que el número de concejales, según el número de habitantes y como Ciudad Real baja de la barrera de los 500.000 habitantes, cae al grupo de diputaciones compuestas por 25 miembros, dos menos de los que ha tenido en esta legislatura que toca a su fin. El partido judicial de Ciudad Real volverá a elegir a ocho diputados; Alcázar de San Juan, seis; Puertollano, cuatro; Daimiel, dos;y Villanueva de los Infantes se quedará con un representante, mientras que las comarcas de Valdepeñas y Manzanares perderán un representante para aportar dos concejales cada una a la nueva institución provincial.
La batalla por la Diputación, donde gobierna el PSOE con mayoría absoluta desde 1999, ajusta sus cifras en comarcas donde tradicionalmente los socialistas han cosechado victorias. Esta legislatura, de hecho, sustenta su Gobierno gracias a esas dos comarcas:el mapa provincial se salda con un empate entre PSOE y PP en el reparto de diputados menos en las dos ahora pierden representación: Manzanares, donde la legislatura acaba con dos diputados del PSOE y uno del PP; y en Valdepeñas, donde también la relación es de dos diputados socialistas y uno popular.
Sin embargo, en las filas socialistas miran con optimismo al 26-M por la más que posible irrupción de fuerzas del entorno ideológico del PP en los ayuntamientos que pueden restar votos a los populares. Así ocurre, por ejemplo, en La Mancha, donde Ciudadanos y Vox presentan candidaturas en seis de los diez municipios que suman votos para la Diputación. Allí, con los resultados en la mano de las recientes elecciones generales de hace menos de un mes, la distancia entre PSOE y PP es más grande que la que sacaron los populares a Ciudadanos o a Vox, que arañaron, entre los dos, casi 20.000 votos en los municipios donde optan a tener representantes en los salones de pleno de municipios como Tomelloso, Alcázar, Campo de Criptana o Socuéllamos, mientras Podemos apenas lleva candidatos en tres localidades.
Las diputaciones provinciales se constituyen inmediatamente después del nombramiento de los ayuntamientos, ya que los diputados salen de los concejales en los diversos ayuntamientos de la provincia. Así, una vez constituidos todos los Ayuntamientos, los escaños de las diputaciones provinciales se reparten, por cada partido judicial, según la fórmula D’Hondt, entre aquellos partidos que han obtenido algún concejal en cada partido judicial y según el número de votos conseguidos por cada uno de ellos. Los diputados provinciales que corresponden a cada partido político son elegidos, a nivel de partido judicial, entre y por los concejales de cada uno de ellos, que pertenecen a los municipios que comprende cada partido judicial.
En las comarcas de Daimiel y Ciudad Real, el ‘baile’ de diputados parece más complicado por la fortaleza del bipartidismo y la escasa presencia de otras fuerzas. Allí, Vox apenas presenta cuatro candidaturas entre las dos zonas electorales, Unidas Podemos, en siete;y Ciudadanos en diez de los casi 40 municipios que conforman las dos comarcas. En la zona de Puertollano todo gravitará en torno a los resultados que se den en la ciudad industrial, donde los cinco grandes partidos tienen candidatos y donde se congrega el principal número de votos que determina el reparto de diputados. Si alguno se desploma ahí, puede haber cambios.
En las dos zonas que pierden diputados, los partidos emergentes tienen más difícil conseguir representación ante la base de votos de PSOE y PP, aunque en la comarca de Valdepeñas los populares apenas sacaron 1.500 sufragios en las generales a Ciudadanos, y el único diputado de Infantes será difícil que no salga de las filas del PSOE o PP.