Durante el año 2022 se produjeron 219 muertes en la provincia de Ciudad Real por causas no naturales, en sucesos que precisaron de una intervención judicial después de que el médico no pudiera certificar las causas del deceso. Son los últimos datos actualizados por el Ministerio de Justicia, entre los que se destaca una particularidad: uno de cada tres de estos fallecimientos se produjeron por caídas accidentales, un total de 68, lo que supone más de diez puntos por encima de la media nacional. Este elevado porcentaje, en concreto el 31,1%, es el cuarto más alto de toda España, solo superado por Asturias (43,2%), Teruel (35,6%) y Navarra (31,7%). El resto de fallecimientos por causas no naturales aparecen contabilizados por Justicia en varias categorías, siendo la segunda con más incidencia entre los ciudadrealeños los suicidios o lesiones autoinfligidas, con 46 muertes (21%) en 2022.
Además, figuran 34 fallecimientos por ahogamientos, sumersión o sofocación accidental; 22 por accidentes de tráfico; 26 por accidentes de otro tipo; 9 por envenenamiento accidental o sobredosis de fármacos o drogas; 6 por agresiones; 3 por accidentes con fuego, humo o calor; 2 en otros accidentes de transportes; 1 caso por complicaciones de la atención médica y quirúrgica; y por último se contabilizan 2 casos de muertes por 'otras causas externas y sus efectos secundarios'.
Con respecto al año anterior, la cifra de mortalidad por causas externas ha crecido en 30 casos, , especialmente gracias al aumento de fallecimientos por agresiones, ahogamientos y caídas, mientras que el único apartado donde se han reducido ha sido en los accidentes de tráfico, con 29 muertes en 2021, siete más que en 2022.
En clave nacional, las 3.788 víctimas mortales por caídas accidentales suponen un nuevo récord histórico. Las caídas son desde 2012 la primera causa de muerte accidental en España, la segunda causa de muerte externa después de los suicidios, afectando principalmente a las personas mayores de 65 años. El 83% de las personas fallecidas por caídas tsuperaba esta edad (el 93% entre las mujeres).
Más suicidios en los hombres y más caídas en las mujeres. Por género, de esas 219 muertes registradas en la provincia, 133 correspondieron a hombres y 86 a mujeres. Entre los hombres, fueron más los suicidios (38) que los fallecimientos por caídas accidentales (34); mientras que entre las mujeres la causa más frecuente fueron las caídas (34) y los ahogamientos (29), registrándose 'únicamente' 8 casos de suicidio. En Castilla-La Mancha, la provincia en la que se registraron más muertes que necesitaron investigación judicial fue Toledo, con 275 casos, seguida de Ciudad Real con esos 219. En el informe del Justicia aparecen detrás Albacete (165 casos), Cuenca (99) y Guadalajara (87). En el panorama nacional, las dos provincias que encabezan el ranking con las dos con más población censada, Barcelona, con 2.242 muertes no naturales registradas en 2022, por las 1809 de Madrid. En ambos casos, el mayor número de fallecimientos no naturales se debieron a ahogamientos (34,2 y 24,6%) y a suicidios (19,4 y 18%).
La mayoría de las intervenciones acaban en muertes naturales. En todos los casos en los que el médico que acude al lugar del fallecimiento no certifica la causa de la muerte se activa el protocolo habitual por parte de la Policía Judicial de la Guardia Civil, que se persona allí junto con un juez de instrucción, un equipo forense y los servicios funerarios, a los que se añadiría un inspector de trabajo si se trata de una muerte durante actividad laboral o en el centro de trabajo. Según Francisco Javier Jiménez Bañoles, capitán jefe de la Unidad Orgánica de la Policía Judicial de la Comandancia de la Guardia Civil de Ciudad Real, «la inmensa mayoría» de sus intervenciones acaban en la confirmación de que la muerte era debida a causas naturales, aunque en un principio el facultativo médico no la certifique al observar posibles signos de muerte violenta, o por accidentes o por haber indicios de criminalidad. Tras procederse al levantamiento del cadáver, éste se traslada para ser sometido a una autopsia, de la que se infiere si la causa del fallecimiento ha sido natural o no.