Han corrido como la pólvora, o dicho en términos digitales, se han viralizado. Es lo que ocurrió hace dos semanas con las imágenes del 'lavado' de coches gratis que se han hecho en Orihuela con las fugas de las tuberías del sistema del Tajo-Segura. Pero las pérdidas en este acueducto no son algo de ahora. Ya se vienen produciendo desde que se construyó, es decir, desde antes de que hubiera móviles para grabar vídeos.
Se podría decir que es algo inevitable cuando se tiene una infraestructura hidráulica de este calibre, que baja de la Meseta al Levante con acueductos elevados sobre el suelo o canales bajo tierra. Cuando entró en funcionamiento, allá por los años ochenta, se estableció el cálculo de que esas pérdidas rondarían el 15 por ciento del agua que se enviaba. Lo explica para La Tribuna Miguel Ángel Sánchez, técnico asesor de la Asociación de Municipios Ribereños que asiste a las reuniones de la Comisión de Explotación del Tajo-Segura.
Aclara que incluso se fija cómo se reparte el agua que acaba llegando cuando esas pérdidas son menores del 15 por ciento. En teoría se destina el 70 por ciento a los regantes y el 30 por ciento a abastecimiento en Almería, pero Sánchez apostilla que en la práctica se va todo a los regantes porque Almería ya no se abastece del Tajo-Segura.
Sánchez apunta que ahora se estima que las pérdidas son menores de ese 15 por ciento y que rondarían el 10. Por ejemplo, el año hidrológico pasado, el que fue de octubre de 2022 a septiembre de 2023, se trasvasaron 218 hectómetros cúbicos, así que se podría deducir que se perdieron 21,8 hectómetros cúbicos.Para hacerse una idea, cada hectómetro cúbico sería el equivalente a lo que cabe en un Santiago Bernabéu lleno de agua. Lo que se perdió en el último año hidrológico sería el doble de lo que consume una ciudad como Albacete durante doce meses.
Según los datos facilitados por el Ministerio de Transición Ecológica, la media de lo trasvasado durante los últimos cinco años hidrológicos está en 275 hectómetros cúbicos, así que de media se podría estimar que cada año se pierde 27,5 hectómetros cúbicos, que es el 10 por ciento correspondiente.
Ahora bien, ese cálculo del diez por ciento es estimativo. Los informes que hace el Cedex para cada reunión de la Comisión de Explotación del Tajo-Segura se remiten a un estudio del año 2001, es decir, desde hace más de dos décadas.
Sánchez apunta que faltan datos precisos. Señala que en general sobre todo lo que rodea al Tajo-Segura «no se da ningún tipo de información, todo lo que se mueve es bastante opaco».
En estos momentos el canal no está activo porque se están realizando obras de mantenimiento, algo que suele hacer ejercicio tras ejercicio desde octubre, que es cuando arranca el año hidrológico. Sánchez dice que hay que tener en cuenta que el acueducto se construyó en los setenta y que «la vida útil ya ha terminado». Comenta que hay centrales de bombeo como en Bolarque o del embalse de La Bujeda, que funciona como 'depósito', así como del sistema del postrasvase que necesitan labores de mantenimiento. «Hay un desgaste importante», apunta.