Si un hombre le dice 'zorra' a su pareja o expareja, puede ser condenado como autor de un delito leve de injurias, tipificado en el artículo 173.4 del Código Penal, precepto que establece que aquel que cause a otro una injuria o vejación injusta de carácter leve, cuando el ofendido sea alguna de las personas a las que se refiere el artículo 173.2 del Código Penal, será castigado con la pena de localización permanente de 5 a 30 días, o trabajos en beneficio de la comunidad de 5 a 30 días, o multa de 1 a 4 meses. Según la jurisprudencia, este tipo penal requiere la presencia de tres elementos, uno objetivo constituido por actos o expresiones que tengan la suficiente carga ofensiva para lesionar la dignidad de una persona, menoscabando su fama y atentando contra su propia estimación; uno subjetivo, el 'animus', que como dolo específico de esta infracción penal implica la intención de causar un ataque a la dignidad ajena; y un tercer elemento que aglutina los datos personales de lugar, ocasión, tiempo y forma, que apreciados valorativamente contribuyen, de un lado, a esclarecer la verdadera intención del sujeto activo de la ofensa, y, de otro, coadyuven a determinar la importancia y magnitud de aquélla.
Ahora resulta que la canción 'Zorra', del grupo Nebulossa, que va a representar a España en el Festival de Eurovisión, pretende ser un discurso feminista que se propone reapropiarse y revertir un insulto machista para darle una nueva lectura «empoderadora». Flaco favor al feminismo, sin duda, que envía un mensaje equivocado a las mujeres que son víctima de estas agresiones verbales, en plan de que «no ofende el que quiere, sino el que puede». A partir de ahora puede que el término zorra se convierta en un simple disfemismo que impida a los jueces valorar la verdadera carga objetiva y la magnitud de la ofensa, sobre todo si al apelativo se le une lo de la postal: «zorra de postal».
El colmo es que el propio presidente de tu país insulte a todos los ciudadanos a los que no les gusta el contenido: «A la 'fachoesfera' le hubiera gustado tener el Cara al sol», ha dicho. Está claro, pues, que el tema 'Zorra' y su puesta en escena es la viva imagen del sanchismo. España es la 'sanchesfera', que se parece cada vez más a esos programas abominables de telebasura, expuesta con todos los ingredientes necesarios: nulo contenido cultural, comprensión lectora por los suelos, buenismo, colectivización, estética hortera, un lenguaje soez, estilo chillón, unas pizquitas medio pornográficas (que no escandalizan a nadie, como pretende hacernos creer el presidente de postal), y una ética en la que prevalece solo el paradigma de que vale todo para mejorar los votos del rebaño.
Y lo peor es que María Bas, la solista del grupo Nebulossa, canta como el culo, y no me refiero al culo hercúleo de los dos bailarines que la acompañan.