Antonio Tercero: "El futuro de la Hermandad está asegurado"

J.M.Beldad
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El vocal de Cultos de la Hermandad de la Virgen del Prado comparte su visión del futuro alrededor de la patrona

Antonio Tercero: - Foto: Rueda Villaverde

Antonio Tercero (Ciudad Real, 1997) es un joven que destaca por su fervor y dedicación a la Virgen del Prado, desempeñando un papel crucial dentro de la Hermandad como vocal de Cultos. A sus 26 años -nació el 9 de agosto, día que bajan a la patrona al Altar Mayor- combina su trabajo como profesor de instituto con una participación activa en las actividades religiosas de su ciudad. Este año es especialmente significativo para él y la Hermandad debido a múltiples efemérides y la fusión, fortaleciendo su compromiso y ampliando su alcance.

«La fusión ha sido un enriquecimiento para ambas partes, uniendo fuerzas y consolidando nuestra devoción», comenta Antonio, reflejando su entusiasmo por la creciente participación juvenil en la Hermandad. Asegura que el futuro está garantizado, destacando que «somos más de 2.500 hermanos, con muchos jóvenes entre nosotros, lo que asegura la continuidad de nuestras tradiciones».

Tercero, además, es un joven culto y formado que gusta de bucear en los archivos históricos relacionados con sus hermandades. En relación a los tres aniversarios que se celebran, consultó el Boletín de la Diócesis en busca de los datos necesarios. Juventud y caridad. Antonio se muestra especialmente orgulloso del trabajo de la vocalía de Juventud, que este año ha embellecido las calles del recorrido de la Virgen, conmemorando el centenario de la consagración.

«Esto es un testimonio a la sociedad actual, mostrando que nuestra devoción no se limita al interior de la iglesia», explica. Su implicación va más allá de las celebraciones anuales, participando activamente en obras asistenciales y campañas de caridad.

Para Antonio, la Virgen del Prado es más que una imagen religiosa; es un vínculo profundo con su gente. «La Virgen es mi familia, mis amigos, es como tener dos madres, una en el cielo y otra en la tierra», expresa con emoción. Su esperanza es que esta devoción perdure, haciendo presente a la Virgen en el día a día de todos los hermanos y de todos los ciudadrealeños «que rezan en la ventana del Camarín».