"El mundo intelectual es imprescindible para la sociedad"

La Tribuna
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"El mundo intelectual es imprescindible para las sociedades"

Ana Zamora es directora de escena, fundadora del colectivo Nao de amores e integrante de Fuentes de la voz, centro para la Investigación de la Voz, Palabra y Verso. Ha recibido el Premio nacional de teatro 2023 "por su recuperación del patrimonio teatral español medieval, renacentista y prebarroco", forma parte del equipo docente del Máster en Creación Teatral dirigido por Juan Mayorga en la Universidad Carlos III y ha colaborado con la Compañía Nacional de Teatro Clásico en diversos montajes, como en su último trabajo: la dirección de El castillo de Lindabridis, estrenado el pasado jueves en el Festival Internacional de Teatro de Almagro.

Es la segunda invitada del ciclo de encuentros con personalidades del mundo teatral organizado por el Ateneo de Almagro en el Parador Nacional de esta ciudad y que forma parte del programa del Festival Internacional de teatro de este año.

El castillo de Lindabridis es un montaje de un Calderón tardío y un tanto especial.

"El mundo intelectual es imprescindible para las sociedades"

Es un Calderón especialísimo y, además, su elección es también una declaración de principios, puesto que decidir montar un Calderón que no es un Calderón convencional, es montar un género de teatro español que no está suficientemente transitado, como es este teatro cortesano, que era, esencialmente, fiesta, sarao, y espacio de comunicación entre el público de cortesanos y lo que sucedía en la escena, y que es algo que se ha perdido mucho en el teatro, puesto que, desde el siglo XIX la preceptiva teatral nos hace pensar que nosotros nos sentamos en el patio de butacas y espiamos lo que pasa… el teatro del Siglo de oro no tiene nada que ver con eso, es un teatro de comunión. Por eso este tipo de obras no convencionales, tan divertidas, tan locas, tan fantasiosas, tan llenas de música, de danzas, con un verso maravilloso, creo que nos permiten situarnos en otro punto de partida para dialogar con Calderón.

¿El teatro que tú haces es un teatro de minorías?

Cuando decides hacer teatro, y más el teatro que yo decidí hacer, tienes que aceptar que nunca va a ser un fenómeno de masas. Sin embargo, tiene otras ventajas como volver a Almagro un año más y estar aquí en un espacio maravilloso, con unas condiciones de trabajo espectaculares, como son las de la Antigua Universidad Renacentista, y eso vale mucho más que vender doscientos mil discos… son decisiones que una hace en la vida y la vocación que tiene cada uno corresponde a la idea de poder aportar algo a la sociedad y lo que yo sé hacer es esto. Creo que es importante y que quedará. Quizá no lo vea tanta gente como ve a una superestrella, pero a mí me gusta pensar que es importante y que las sociedades se construyen con pequeñas aportaciones y el mundo intelectual es imprescindible para que las sociedades seamos mejores, más justas y más modernas, en el mejor sentido del término.

El estudio y conocimiento en profundidad de las obras, especialmente las prebarrocas es una de las claves de tu trabajo

Muchas veces se monta teatro clásico español, porque ya está claro que es bueno y que hay que ponerlo en escena y nos olvidamos de que con eso no vale. No vale con subir a unos actores al escenario, vestirlos y pasearlos. No nos podemos conformar con eso porque el teatro contemporáneo requiere que seamos serios y que manejemos la idea de ir más allá y elegir, de todo lo que está contando en su contexto, qué quiero contar y qué priorizo y dónde pongo el foco de atención y entregárselo a los espectadores pasado por la túrmix de un equipo que ha trabajado sobre ello.

ARCHIVADO EN: Teatro, Almagro