La gota que colma el vaso

Miguel Herrera (SPC)-Agencias
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La firma del acuerdo de la UE con Mercosur agota la ya escasa paciencia de agricultores y ganaderos. ASAJA y COAG convocan una manifestación para el día 16 en Madrid

La gota que colma el vaso

No por esperado ha resultado menos decepcionante para el sector primario. El sexto día de su segundo mandato al frente de la Unión Europea, el pasado viernes día 6, Ursula von der Leyen firmó el acuerdo de libre comercio con Mercosur que tanto temían agricultores y ganaderos, que ven cómo se convierten, una vez más, en moneda de cambio para beneficiar a otros sectores económicos.

Apenas tres días después de la firma, el COPA-COGECA y otras organizaciones europeas protagonizaron una protesta simbólica en Bruselas para expresar su malestar. Los presentes subrayaron la incoherencia de la Comisión Europea, que en el anterior mandato aumentó las exigencias en materia de sostenibilidad, bienestar animal y uso de fitosanitarios para los productores europeos, pero ahora permite la entrada de productos de Mercosur que no cumplen con esos estándares. «Este doble rasero no solo mina la competitividad de la agricultura europea, sino que también traiciona los valores de sostenibilidad y justicia que la UE dice defender», denunciaron los organizadores.

Durante el evento, los representantes del sector señalaron que, aunque comprenden la necesidad de fortalecer las relaciones comerciales en un contexto geopolítico complejo, esto no puede lograrse sacrificando a los productores europeos. Sectores como la carne de vacuno, las aves de corral, el azúcar, el etanol y el arroz están en el punto de mira debido al desequilibrio que este acuerdo introduce, exponiéndolos a la saturación del mercado por productos de bajo coste provenientes de los países del Mercosur.

La gota que colma el vasoLa gota que colma el vasoLa protesta contó con el respaldo también de consumidores, quienes coincidieron en que el acuerdo actual utiliza al sector agrícola como moneda de cambio para favorecer a otras industrias. Los agricultores europeos reiteraron que no están en contra del comercio, pero exigen acuerdos justos, equilibrados y sostenibles. «La agricultura de la UE no puede ser el precio a pagar para beneficiar a otros sectores. Queremos políticas coherentes que respeten los estándares europeos y protejan a nuestras comunidades rurales», concluyeron en Bruselas.

El presidente del COPA, Massimiliano Giansanti, reaccionó así a la noticia: «La Comisión transmite un mensaje harto preocupante a los millones de agricultores y ganaderos de toda Europa antes incluso de haber presentado su 'Visión para el Futuro de la Agricultura'. Esta situación es particularmente preocupante porque nos hallamos en una fase sumamente delicada de recuperación del diálogo entre los productores agrarios y las instituciones europeas. Los estados miembros y el Parlamento Europeo deben ahora cuestionar los términos de este acuerdo con contundencia y trabajar en aras de una solución que garantice un planteamiento equitativo y equilibrado para proteger el modelo agropecuario de la UE».

El mismo día 9, uno de los sectores más afectados emitía una nota criticando también el pacto. Avianza, la Asociación Interprofesional Española de Carne Avícola, se sumó al rechazo generalizado del sector cárnico avícola europeo, y de la agricultura y ganadería en general. El acuerdo, que según aseguran permite una mayor importación de carne avícola y otros productos agrícolas desde los países del Mercosur (Brasil, Argentina, Paraguay y Uruguay), representa un riesgo significativo para los estándares de calidad y sostenibilidad que distinguen a la producción europea. Según los últimos informes de la Dirección General de Salud y Seguridad Alimentaria de la UE, Brasil enfrenta serias dificultades para garantizar el cumplimiento de las normas sanitarias europeas, lo que plantea inquietudes sobre la seguridad de las importaciones.

El acuerdo contempla una cuota adicional de importación de 180.000 toneladas de carne avícola desde el Mercosur (adicionales a las 300.000 ya autorizadas), lo que equivale a la producción combinada de países como Finlandia, Suecia y Dinamarca. Estas importaciones no solo afectan a los productores locales, sino que también generan una competencia desleal al permitir la entrada de productos que no cumplen con las estrictas normativas de bienestar animal, seguridad alimentaria y sostenibilidad ambiental que rigen en la UE.

Los productores avícolas españoles enfrentan costes de producción significativamente más altos debido al cumplimiento de estrictas normativas de bienestar animal, seguridad alimentaria y sostenibilidad. Se estima que estos estándares pueden suponer entre el 6% y el 8% del precio de venta de la carne avícola en España (sin que se hayan aprobado las nuevas normativas de bienestar animal y el origen no deforestado de la soja). En contraste, los productores brasileños operan bajo regulaciones menos exigentes, lo que les permite ofrecer precios más bajos y crea una competencia desleal que amenaza la viabilidad del sector español.

El acuerdo, sostiene Avianza, contradice los compromisos asumidos por Europa en materia de acción climática y protección de la biodiversidad. Países del Mercosur, especialmente Brasil, han sido señalados en reiteradas ocasiones por prácticas insostenibles como la deforestación masiva y el uso de sustancias prohibidas en la UE, como la atrazina en cultivos agrícolas, así como el uso de antibióticos u hormonas en ganadería. Estas diferencias regulatorias no solo comprometen los esfuerzos globales contra el cambio climático, sino que también minan los objetivos de sostenibilidad establecidos en el marco del Pacto Verde Europeo.

A pesar de las promesas de etiquetado de origen, la normativa actual no obliga a identificar el origen de la carne utilizada en productos procesados, como comidas preparadas o alimentos en cadenas de restauración. Esto deja a los consumidores europeos expuestos a productos que no cumplen con los estándares que esperan, sin posibilidad de tomar decisiones informadas.

Organizaciones agrarias.

«Los agricultores y ganaderos europeos no respaldaremos nunca un acuerdo comercial que carezca de armonía y que sea perjudicial para el medio ambiente, para nuestra soberanía alimentaria y para el medio rural. Somos conscientes de que hay que entablar amistades y forjar alianzas en estas épocas turbulentas que atraviesa la geopolítica internacional. Sin embargo, criticamos que Ursula von der Leyen, incumpliendo su compromiso de estrechar lazos con el sector agrario, no haya dialogado suficientemente con las organizaciones de agricultores y ganaderos representadas por el COPA-COGECA», afirman desde UPA. La organización exige que haya «un compromiso obligatorio para los países del Mercosur sobre las normas relacionadas con el bienestar animal, el uso de medicamentos en la producción animal, el clima, el tratamiento químico y demás normas medioambientales».

Andoni García, miembro de la Comisión Ejecutiva de COAG, señaló que «las personas del modelo social y profesional de agricultura y ganadería no pueden ser, una vez más, moneda de cambio frente a los intereses económicos de grandes empresas en otros sectores. Este tipo de acuerdos de liberalización comercial destruyen el tejido productivo de pequeñas y medianas explotaciones y sólo benefician modelos uberizados de agricultura y ganadería en cualquier parte del territorio».

Unión de Uniones, que ya ha manifestado en diversas ocasiones su rechazo a este acuerdo, reitera que el impacto de ponerlo en marcha sin incluir cláusulas espejo crearía una competencia desleal enorme y perjudicaría muy seriamente al sector agrario y ganadero europeo, pero, sobre todo, al español. La organización recuerda que tiene firmado un documento con el Ministerio de Agricultura en el que el propio ministro se comprometía a defender la instauración de cláusulas espejo, por lo que «no sería comprensible que apoyara este acuerdo de comercio, que no las contempla, en contra de la medida número 15 de las 43 que firmó en abril como base de trabajo de mejora del sector agrario y ganadero».

Igualmente, la organización considera que la hipocresía de la Unión Europea en su conjunto se manifiesta «cuando el Consejo de este lunes firma con una mano un documento resaltando la importancia estratégica de la agricultura y su papel a la hora de garantizar la seguridad alimentaria y la protección de la salud de los ciudadanos, mientras con la otra la Comisión firma acuerdos que ponen en riesgo todos esos valores». «Este acuerdo beneficia al sector industrial, coches, electrodomésticos… pero hace daño al sector productor y la Unión Europea lo sabe», comentan desde la organización.

Para el presidente de ASAJA, Pedro Barato, se ha gestado «de prisa» y «sin contar con los intereses de los productores», tras solicitar a las instituciones europeas que «no lo validen», ya que «es su responsabilidad». Barato ha reiterado que no pueden «aceptar más acuerdos en el que la agricultura europea sea la pagana de otros intereses; acuerdo sí, pero no de esta forma».

Posición oficial.

A pesar de los argumentos que esgrime el sector en contra del acuerdo, tanto la Comisión Europea como el ministro de Agricultura español, Luis Planas, mantienen que la firma de este pacto será beneficiosa para agricultores y ganaderos. «No es un acuerdo en el que todo sea o blanco o negro. Es un acuerdo en que el beneficio general es alto y nuestro sector agrícola también se beneficia», sostiene Christophe Hansen, el recién estrenado comisario de Agricultura.

El ministro de Agricultura español, Luis Planas, ha celebrado la «gran noticia» que supuso el cierre del acuerdo y ha lanzado un mensaje tranquilizador a aquellos reticentes sobre el pacto en Europa: «Somos una potencia agroalimentaria y no debemos temer a la apertura comercial. Entiendo que puedan existir preocupaciones, pero si examinamos los contingentes que han sido adoptados en relación con los productos sensibles, son de una dimensión que no altera el mercado comunitario», ha defendido Planas frente a quienes se muestran reacios al acuerdo, entre los que se encuentran países como Francia o Polonia.

El ministro ha indicado además que no cree que la aplicación del acuerdo vaya a generar protestas de los agricultores como las que tuvieron lugar este último año por otros motivos.

Movilizaciones. Pero parece que se equivoca, ya que las organizaciones agrarias mayoritarias del sector, ASAJA y COAG, han convocado un acto de protesta el próximo 16 de diciembre en Madrid ante la sede del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación para expresar su malestar por la falta de respuestas eficaces a los muchos problemas que acumulan los agricultores y ganaderos españoles. Entre ellos, el reciente acuerdo firmado entre la UE y Mercosur, que ha sido la gota que ha colmado el vaso.

Tras la oleada de protestas y manifestaciones que tuvieron lugar desde finales de 2023 en las distintas provincias y comunidades autónomas, y que culminaron con una gran tractorada por el centro de Madrid en febrero de 2024, el ministerio de Agricultura decidió poner en marcha un paquete de medidas que no contó con el refrendo de estas organizaciones agrarias y que se ha demostrado "claramente insuficiente para dar respuesta a las demandas del sector», denuncian desde ASAJA y COAG.

«Las reivindicaciones de aquellas protestas siguen aún vigentes. Los altos costes de producción y los bajos precios en origen en buena parte de las producciones siguen siendo una rémora para las economías de las explotaciones agrarias. Reformas esenciales y cambios de funcionamiento en la Ley de la Cadena Alimentaria o en el sistema de Seguros Agrarios siguen sin producirse. Al igual que la adaptación de la reforma laboral y los costes salariales a las necesidades del campo, que lejos de llevarse a cabo, supone un lastre cada vez mayor para las explotaciones».

 

Posibles beneficios.

A pesar de que el acuerdo UE-Mercosur parece ser, en general, perjudicial para el sector primario, es posible que algunas ramas productivas salgan beneficiadas. El vino y el aceite de oliva se postulan como los productos más importantes que pueden sacar algo en limpio. El comisario de Agricultura, Christophe Hansen, ha mencionado también al sector lácteo y de los quesos con figuras de calidad de la UE que, según él, «se beneficiarán enormemente». Asimismo, el chocolate puede obtener ventajas de la eliminación de los aranceles. El tiempo dirá.