Juan Manuel Hernández entró con 22 años en la Agrupación de Voluntarios de Protección Civil de Miguelturra, donde empezó a «amar el mundo de las emergencias», sobre todo, «en lo relacionado con el mundo de la prevención y coordinación». Desde hace unos días, el pasado 12 de junio, es el nuevo jefe de Protección Civil en Miguelturra. Un cargo que afronta «con ilusión y mucha alegría, pero también con el temor de la responsabilidad que conlleva». Era uno de sus retos, pero una vez logrado, reconoce, «uno conoce la realidad». «Ya no eres tú el voluntario que va a las órdenes, sino que eres tú el que da las órdenes y el que tiene que cuidar de los voluntarios y de los vecinos. Es una gran responsabilidad», señala. 

Actualmente, reside en Miguelturra, pero recuerda que sus inicios comenzaron en la Agrupación de Ciudad Real de la mano de su jefe entonces, José Luis Espadero. Fue en 2007. Allí prestó servicio hasta 2020, llegando a ocupar el puesto de jefe de Agrupación. Un año más tarde, en 2021, realizó sus prácticas como técnico en emergencias y Protección Civil en el Ayuntamiento de Miguelturra, mismo año en el que se unió a la agrupación local. Su pasión por el voluntariado le llevó a encaminar sus estudios hacia el sector de Emergencias, por lo que se formó en técnico de emergencias sanitarias. Un título que se suma al de técnico en emergencias y protección civil y el de técnico superior en coordinación y gestión en emergencias. «He ido escalando poco a poco», reconoce. Desde el principio «lo tenía claro», gracias, recuerda, también a la ayuda de José Luis Espadero, ya fallecido, y que «fue mi maestro». 

 Jefe del servicio de limpieza sanitaria del Sescam en Valdepeñas, compagina sus responsabilidades profesionales con las del voluntariado, «donde doy todo lo que puedo para prevenir cualquier emergencia o actuar en el caso de que se dé». Tomó posesión pocos días antes del Carnaval del Verano, uno de los acontecimientos de mayor aglomeración que se celebra en la localidad, y con el que Juan Manuel Hernández se estrenó. «A las 72 horas de afrontar el cargo, el primer servicio multitudinario fue el Carnaval de Verano, pero todo salió con éxito y se cambió el procedimiento, haciéndolo más profesionalizado», señala en declaraciones a La Tribuna. Uno de los objetivos que se ha marcado para este mandato es «hacer una agrupación más profesional». «Ya lo tenía, pero le falta un poco más, y eso es lo que yo le quiero poner», añade. 

Señala que «son muchos los retos que se ha marcado» para los próximos años, pero reconoce que «será difícil llevarlos a cabo lo antes posible». Junto a la profesionalización de la agrupación, la búsqueda de voluntarios es otro de los objetivos por los que trabajará, pues «puedo tener los mejores medios, pero si no tengo voluntarios no tengo nada», lamenta. También apunta que la formación de todos ellos será otra de las metas, pues «queremos que todo voluntario que esté en la calle sepa cómo actuar de forma básica en cualquier procedimiento, ya sea sanitario, de incendio o de una inundación». Una vez conseguido todo eso, además de más dotaciones materiales, «podemos decir que hemos dado un paso muy grande para tener una Agrupación más profesional y un Miguelturra mucho más protegido», argumenta. 

Asegura que «Miguelturra es un municipio tranquilo, y se sabe comportar». En esa línea recuerda que en una fiesta tan multitudinaria como el Carnaval, las cifras «no han sido alarmantes», con apenas una docena de intervenciones sanitarias, y que «no estuvieron relacionadas la mayoría con la fiesta». Así, por ejemplo, comenta, hubo dos personas que se rompieron el tobillo y solo tres comas etílicos, lo que demuestra, asevera, «que la ciudadanía está empezando a entender que este es el camino de la fiesta».