E n la calle Mayor de Argamasilla de Calatrava, uno de los edificios ha perdurado a pesar del transcurso del tiempo. Se trata de la bodega de Eladio Fernández, conocido en el pueblo por sus vinos, y que después pasó a manos de su hijo 'Eladito' como se le conocía en el pueblo. Hoy, décadas después, el olor a vino ha dejado paso al aroma de recién pintado. Es uno de los últimos retoques para concluir un proyecto en el que el Ayuntamiento comenzó a trabajar en mayo. En la pasada legislatura, se compró a la familia la bodega y los terrenos por 180.000 euros. A partir de entonces, el equipo de Gobierno, capitaneado por el socialista Jesús Manuel Ruiz, ha dedicado su esfuerzo en convertir este lugar en un museo y en un centro cultural con un pequeño salón de actos y una sala de exposiciones que verá la luz este mes, con la intención del Consistorio de inaugurarlo tras las fiestas navideñas.
Todo está estudiado y pensado al milímetro para dar vida a «uno de los lugares más queridos del pueblo». Su alcalde, entre tinajas, recuerda que es una de las bodegas «más antiguas» de la localidad, que llegó a tener más de una veintena. Hoy es la única que se mantiene en pie. Estuvo operativa hasta hace unos diez años y era «las que más vino vendía», comenta con emoción. Para el propio Ruiz este lugar le lleva a evocar muchos recuerdos, pues fue aquí donde trabajó varios veranos para poder pagarse sus estudios universitarios. Por eso, no es de extrañar que para él sea uno de los proyectos «más entrañables» y que «más ganas tenía de ver», no sólo por las vivencias del lugar sino también porque «Argamasilla de Calatrava necesitaba un espacio como éste y recuperar también parte de nuestra historia». Es, señala, junto con el inicio de las obras del Centro Salud, uno de los proyectos de mayor envergadura de la localidad.
Con una superficie total de unos 1.900 metros cuadrados (entre el inmueble y el solar), el Ayuntamiento lo adquirió con dos objetivos. Por un lado, establecer en él un museo y un pequeño auditorio, y en segundo lugar para poner a disposición de la Junta de Comunidades la parcela de unos mil metros para ubicar el nuevo centro de salud. De momento, uno de los retos ya se ha logrado y el otro confía en que se consiga también en un futuro «en beneficio de todos».
El lugar contará con una sala de exposiciones y un pequeño salón de actos. - Foto: Rueda VillaverdeEl empeño del Gobierno municipal por hacer realidad este proyecto ha venido acompañado además por una subvención del Estado de más de 162.000 euros para su rehabilitación y de otros 40.000 por parte del Gobierno regional destinado al equipamiento y mobiliario.
Manuel Artuñedo y Ricardo Vera, arquitecto y jefe de obra, respectivamente, supervisan los últimos detalles de una casa labriega que se compone, explica Artuñedo, de tres cuerpos principales con «muros muy gruesos con estructura de madera cubierta de teja». Meses de mucho trabajo, reconocen, cuyo resultado ha sido «muy satisfactorio».
El proyecto ha suscitado mucho interés entre los vecinos, que quieren saber «cómo ha quedado la bodega de Eladio». Por ello, el Ayuntamiento está organizando unas jornadas de puertas abiertas tras la inauguración institucional. «Hay mucha expectación».
La puerta de entrada se encontraba en el antiguo cuartel de la Guardia Civil. - Foto: Rueda VillaverdeAhora, el próximo reto será finalizar la tercera fase de rehabilitación de la Casa de la Inquisición, que supone una inversión 125.000 euros, y «desencallar el cine Don Quijote», un edificio «muy peculiar por altura y fondo y que necesita un proyecto muy bien armado en el que se está trabajando». Dos infraestructuras, dijo, que «darán un cambio radical a la cultura de Argamasilla de Calatrava».
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mantener la esencia. Conservar la historia y la esencia ha sido clave en el proyecto. Por ello, se han mantenido seis tinajas enteras, entre ellas la más antigua, que se remonta a 1923, y dos medias en las que «se instalarán paneles explicativos». Con el fin de custodiar el patrimonio, «el mobiliario que había en la bodega se está restaurando para exponerlo». La puerta fue la que se quitó en 2012 del antiguo cuartel de la Guardia Civil para su restauración y ubicación en un «lugar especial». Y éste, lo es.