El Caserío mide sus fuerzas este sábado (19.30 horas. Arbitraje de Muras Rodríguez y Fernández Merino) en el Quijote Arena con el Antequera en la jornada 23 de la División de Honor Plata Masculina, la última antes de un pequeño parón y de la eliminatoria de la Copa del Rey frente al Atlético Valladolid.
El triunfo en la pista del Agustinos Alicante, el primero a domicilio tras una vuelta entera, ha reforzado la moral del conjunto entrenado por Santi Urdiales, que tiene a dos puntos al Burgos, segundo clasificado, y al Guadalajara, que es líder, pero con un partido menos, ya que tuvo que aplazar su choque con el Zamora por las goteras. La opción del ascenso directo sigue ahí y es que los amarillos se encuentran plenamente consolidados en la fase de ascenso. Los de Santi Urdiales son cuartos con 31 puntos y reciben a un Antequera que es quinto con 24 y que la pasada campaña infligió un severo castigo a los amarillos en el Quijote Arena. Además, en la primera vuelta fue el primer equipo capaz de derrotar al Caserío, por lo que también existe un cierto ánimo de revancha.
Los manchegos poseen un colchón de 9 puntos y deben jugar estos partidos sin ningún tipo de presión.
"Estamos en una situación privilegiada, pero eso no se puede convertir en relajación", advierte el técnico santanderino, que recuerda que para el Antequera "es un partido a vida o muerte y nosotros nos lo tenemos que tomar así también porque si no, no habrá nada que hacer".
Nico Ayúcar será baja una semana más y Juan Lumbreras, con problemas en un tobillo desde el partido con el Agustinos, será duda. Urdiales quiere que el Quijote Arena "sea una fiesta", y confiesa que el buen ambiente que se está viviendo en las gradas otorga un plus de "responsabilidad" a sus jugadores, pues "la gente viene, se lo pasa bien y repite. Tenemos que estar a la altura de lo que exige este club, los patrocinadores y la afición".