El teatro Emilio Gavira de Alcázar de San Juan tendrá esta noche, a las 20 horas, sobre sus tablas a un hijo predilecto de Castilla-La Mancha. El cantaor Israel Fernández actuará a solo 50 kilómetros de su pueblo, Corral de Almaguer (Toledo), por lo que estará rodeado de amigos y de amantes del flamenco en un concierto que es «un regalo» por esa posibilidad de mostrar su arte sobre las tablas a sus vecinos y también por lo que significa ese escenario alcazareño para él. «La última vez que vi un concierto allí, en el teatro de Alcázar de San Juan, fue a José Mercé y tendría yo, 12 o 14 años», recuerda Fernández. «Nunca me imaginé estar en esas tablas», explica.
Fernández es un rompedor del flamenco como Mercé y muchos lo comparan ya con los grandes pese a su juventud, 35 años, aunque él dice que no es comparable a Camarón o del propio Mercé. «Maestros son los que hicieron las cosas bien y nosotros simplemente somos discípulos de esa carrera», señala alguien que en los últimos dos años lleva dos discos, 'Pura sangre' y 'Por amor al cante', en los que en uno abre nuevas vías al flamenco y le da un tono social a cada canción con su acompañante Diego del Morao, y en el segundo vuelve a las raíces, al cante y a la guitarra acompañado, en esta ocasión por Antonio El Relojero. «Todo lo que hago y lo que grabo es porque lo siente mi corazón», indica Fernández, quien afirma que su objetivo es «llegar al corazón» del que lo escucha y «transmitir» lo que siente en sus canciones. «No hay nada pretendido, ni por la industria ni por lo comercial, que ojalá llegara eso, que no me importa, pero lo que hago, lo hago más por la verdad del flamenco», afirma. De hecho, señala que 'Por amor al cante' es un álbum que hizo Antonio El Relojero, al que conoció hace años en Madrid y tenía ganas de tocar con él. «Estoy muy contento porque la gente lo está disfrutando, que es lo importante», indica.
En este sentido, viendo sus dos últimos discos, se puede dudar si Fernández irá, por su lado rompedor o se decantará por el más clásico. «La música te lleva a muchos lugares y yo tengo las ventanas abiertas del corazón a la música», indica como respuesta. «El flamenco no tiene frontera, ni tiene lenguaje, ni tiene raza, simplemente tiene sensibilidad» y desde ahí, explica, se trata de hacer lo que siente «para llegar al público». «El flamenco es como el sol, siempre da luz», concluye, como metáfora.
En cuanto a lo que se verá esta noche en Alcázar de San Juan, Fernández apunta que él es «un cantante de inspiración». Por este motivo sonarán temas de ambos discos, pero «también cante clásico» y del que le puede gustar a cualquier aficionado, quien vaya pasará «un rato bonito» y disfrutará «del cante y de la música», resume. «Para mí es un regalo, un privilegio estar por ahí cerca de mi tierra», y recuerda que siempre que «haya una puerta abierta» estará por aquí.