La Unidad de Nutrición Personalizada es el nombre que recibe en Ciudad Real el banco de leche materna. Un recurso que abrió sus puertas hace un año y que ha logrado mejorar la vida de un centenar de bebés prematuros y sus madres y también generar «una cadena de favores» que ha favorecido que muchos de esos niños salgan mamando del hospital. Se trata de un banco gestionado en la Unidad de Cuidados Infantiles, con su supervisor, el enfermero José Miguel Pacheco, quien considera que este banco ha hecho que el tiempo de estancia en la unidad sea mejor y seguramente haya ayudado a un mejor desarrollo de esos niños que hubieran tomado leche de fórmula de no existir esta unidad. «Por mucho que se quiera, las fórmulas no llevan los mismos componentes que lleva la leche materna», afirmó el supervisor, quien apuntó que «se ha demostrado que para los grandes prematuros, sobre todo para el desarrollo digestivo y neurológico, es fundamental». «El banco de leche lo que ha cambiado principalmente es en el consumo de fórmulas, que se ha reducido en un 80 u 85 por ciento, quizás algo más». Para hacerse una idea, ha recibido 256,73 litros desde septiembre del año pasado, cuando se abrió, hasta esta semana y se han dispensado 138,44 litros.
Este banco de leche no funciona como el banco de sangre, en el que una persona se acerca a donar. El ejemplo que se ha tomado en Ciudad Real es el del Hospital Gregorio Marañón e implica que se hace una selección entre las madres de prematuros. «Se les ofrece la posibilidad, se les hace una entrevista de salud y se les hace un control» y, si todo es apto, se convierten en donantes. La donación ocurre después de darle de mamar a su hijo. Si tiene excedente, este se queda en el banco de leche. Para hacerlo se han dispuesto en la unidad de cuidados de sacaleches, con el objetivo de que esas mujeres puedan dar su leche materna, que es un producto clave para sus hijos y ha generado un aumento de la lactancia en el hospital, comentó la enfermera Cristina Sánchez, quien señaló que es un trabajo de toda la unidad al fomentar la lactancia y también al apoyar a las madres de prematuros en esos primeros días.
La importancia del banco se encuentra en los primeros días tras el nacimiento de estos bebés. Las madres han dado a luz y aún no les ha subido la leche, pero esos bebés, que han nacido antes de las 35 semanas, necesitan nutrientes que les ayuden a su desarrollo. «Se convierte en una especie de cadena de favores porque normalmente las madres de niños prematuros los primeros días no tienen leche y además la primera semana, hasta que se instala, la lactancia es complicada», indicó el supervisor. El banco de leche supone una tranquilidad para esas madres, en las primeras horas tras el parto.
Una cadena de favores de la leche - Foto: Rueda VillaverdeLo que hace es una clasificación de la leche recibida por tipos. «El calostro, que es la primera leche que produce la madre en el momento del nacimiento, es una leche que tiene más defensas y menos grasas», indicó Sánchez. Luego está la prematura, la de transición, que «serían unos 15 días más o menos lo que la madre los produce». Por último está «la madura, que es la que ya se tiene el resto de la producción». Además de clasificarla de este modo, se hace una segunda, por el tiempo del bebé, para que si una madre dona leche de un recién nacido de 28 semanas, luego otro prematuro de esas mismas semanas la reciba.
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Cada leche que se recibe pasa un proceso de análisis, para comprobar su contenido de grasas o de proteínas, también un proceso de pasteurización que se realiza en el hospital. «La leche materna fresca y pasteurizada aguanta tres meses», y además se puede llegar a conservar otros tres meses más si tras pasteurizarse se congela. El objetivo es contar siempre con las más importantes, como son el calostro o la de transición, que tiene un periodo de tiempo para contar con ella.