Alcázar de San Juan se llenó este fin de semana de diversión y alegría con motivo de las XXXVII Fiestas de Moros y Cristianos, declaradas de Interés Turístico Regional desde el año 2016 y en las que el Ayuntamiento colabora con la Asociación de Moros y Cristianos Al-Kasar. La música, el color y la pólvora inundaron la localidad para rememorar, con ambiente festivo, los tiempos de la Reconquista.
Una festividad que nació hace más de un cuarto de siglo por iniciativa de la asociación de vecinos de uno de los barrios más emblemáticos de la ciudad, el de Santa María. Lo que surgió de forma espontánea y localizada, con el tiempo se extendió a todo el pueblo, con el fin de incorporar una fiesta, que mucho tiene que ver con los orígenes históricos de Alcázar de San Juan, árabe y cristiana.
Tras la ceremonia de nombramiento de caballeros y el pregón, comenzó la fiesta de Moros y Cristianos, con la que la ciudad se transforma en escenario de recreaciones y brillantes desfiles. Almorávides, jenízaros, caballeros de San Juan o templarios, entre otros, llenaban las calles luciendo sus fastuosos atuendos y ofreciendo un gran espectáculo.
Alcázar de San Juan rememora los tiempos de la Reconquista - Foto: LTPara la ocasión, un variado y extenso programa en el que los vecinos y visitantes no quisieron perderse la entrada mora y cristiana, la lucha entre ambos bandos que finaliza con la victoria de estos últimos y los fuegos artificiales, entre otros muchos eventos. Una programación en la que este año se han introducido varias novedades. Una de ellas ha sido la realización al final del desfile infantil de un sorteo de regalos provistos por empresas que han decidido colaborar con esta iniciativa, que ha sido todo un éxito.
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El cartelEl cartel de este año ha sido realizado por el autor local Salvador Samper, quien señaló que su objetivo era mostrar «el contraste que hay en nuestras fiestas de Moros y Cristianos; la luz, el color, la oscuridad, el día y la noche, la alegría…». Ya son 36 ediciones de esta fiesta de Interés Turístico Regional cuyo cartel, tal y como explicó el presidente de la Asociación Al-Kasar, José Luis Carneros, ha llevado el apellido Samper en casi una treintena de ellos, comenzando por José Luis y siguiendo con el legado su hijo Salvador, siendo el responsable de aportar su estilo durante casi 20 años.