l año 2025 está a la vuelta de la esquina, y llega con un nuevo impuesto que trae de cabeza a los gestores de los municipios españoles y que afectará a los bolsillos de los contribuyentes. La novedosa tasa de basura, coloquialmente conocida como 'tasazo' o 'basurazo', obliga a los ayuntamientos a modificar sus ordenanzas para cobrar de forma proporcional la generación de residuos.
El pago de la tasa de basura doméstica será obligatoria en todas las localidades. Así lo marca la Ley 7/2022, del 8 de abril, de residuos y suelos contaminados para una economía circular, en base a unos objetivos establecidos mediante una directiva europea, que afecta a Valdepeñas, que hasta la fecha eximía del pago de la tasa de la recogida de basura doméstica a sus vecinos. La Ciudad del Vino era, hasta ahora, el único Ayuntamiento de Castilla-La Mancha que no cobraba la recogida de basura doméstica en el casco urbano, pero ahora, por imperativo legal, se cobrará la tasa por ese servicio de uso doméstico.
El alcalde de la localidad, Jesús Martín, recuerda que cuando llegó a la Alcaldía en Valdepeñas pagaba el IBI el 40 por ciento de la población, y el resto (60%) no lo pagaba debido a «los desarrollos urbanísticos que venían de los años 80, cuando las viviendas no se dieron de alta». Por aquel entonces, «hay quien estaba viviendo en un chalet y estaba pagando por un majuelo, y en el desarrollo también había un gran número de locales comerciales que habían sido cochera, que habían formado parte de una unidad inmobiliaria, y seguían pagando como cochera cuando en realidad era un comercio», relata el regidor valdepeñero.
Fue entonces, rememora, cuando se dio el 'catrastazo' y «di de alta todas las unidades ocultas». Tras esta decisión, el Ayuntamiento pasó de ingresar cuatro millones de euros en IBI, en 2003, a nueve millones en el año 2005, más del doble. Ante estos recursos económicos, el alcalde de Valdepeñas decidió «rebajar la presión fiscal de los ciudadanos». Por un lado, se bajó el IBI un 30%, es decir, «el que pagaba el IBI, al dar el catrastrazo, le bajó un 30%». El primer año, explica, bajó el tipo impositivo del 1% al 0,97 y al 0,78 en el tercer año, por el que «el que pagaba, pagaba menos, y el que no pagaba, a pagar».
Se redujo el IBI y se eliminó la tasa de entrada y salida de vehículos y la tasa de basura doméstica. Y así «se ha mantenido» hasta que una normativa europea «dice que todo ciudadano tiene que pagar de acuerdo a lo que genere». «Fui yo el que la quité y me han obligado a ponerla desde Europa». «Se ha hecho de acuerdo a la normativa europea, pero no hay un reglamento estatal que diga cómo cobrarla», por lo que el Consistorio valdepeñero ha apostado por fijar una cuota por vivienda de 21 euros, más 18 o 17 euros por cada miembro de la unidad familiar.
Esta tasa la pagarán «incluso las que están vacías», pues «hay que mantener vivo un servicio para cuando se necesite». Sin embargo, «a pesar de que la ley europea lo dice claro; la tasa tiene que ingresar lo mismo que genere de gasto en su conjunto», el Ayuntamiento «ha querido hacer un guiño a las familias numerosas y en esos casos la «cuota de 18 euros bajará a 17». De tal forma, que «habrá casas que paguen unos 90 euros de basura, y en otras se pagará 39 euros porque vive uno», añade al tiempo que asegura que recoger la basura al Ayuntamiento «le cuesta un millón de euros». «Hemos intentando aplicar la normativa europea, a falta de un reglamento, de la manera más equitativa posible».
Una decisión que ha generado polémica pese al ahorro «importante» que ha supuesto para las familias de valdepeñeras la exención de esta carga impositiva durante las últimas dos décadas en las que los vecinos no han pagado esta tasa, y que ha supuesto, como mínimo, un ahorro de más de 2.0000 euros por vivienda. Pero esto, dijo, «es como Segismundo en La vida es sueño: 'Si no me lo hubieras dado, no me quejaría de ti. Pero una vez dado, sí. Aunque el dar es de nobleza singular, es mayor bajeza el dar para quitarlo después».