Julián Amores, presidente del Caserío, exigió a su plantilla "sentirse orgullosos" y transmitió que su mensaje era de "agradecimiento a la afición, cuerpo técnico y jugadores porque va a ser una temporada que se va a recordar durante mucho tiempo".

Coincidiendo con el técnico, Santi Urdiales, lo más importante para el máximo dirigente de la entidad "es el vínculo que se ha creado con la afición y eso lo ha conseguido el equipo a través de partidos como el de esta fase. Demostraron lucha, garra, coraje, entrega, se matan por el escudo. Este año ha sido un paso de gigante y el mayor porcentaje de culpa lo tiene el equipo".

De cara al futuro, pidió también tomarse la fase final de la Copa del Rey como "un premio a la temporada" y aunque el listón esté muy alto "hay que seguir trabajando con los pies en el suelo. Tenemos un equipo humilde y honesto y cualquier éxito se consigue a través de un proceso. Estar en esta fase, aunque se haya perdido sirve para poner cimientos para que el club siga hacia arriba. Son pilares fuertes, sé cómo está el club por dentro y tiene una salud enorme. Si seguimos así, con masa social, con niños en categorías inferiores que sienten a la gente del primer equipo como su referente, iremos hacia arriba".