Aprovechando que estaba dormida, se tumbó desnudo en la cama junto a ella y le introdujo los dedos en la vagina. Ella, al despertarse y contemplar la situación, abandonó el hotel y, tras grabarle una conversación telefónica inculpatoria, lo denunció. Ahora, la Audiencia Provincial lo condena a 7 años de prisión por un delito de agresión sexual y al pago a la víctima de una indemnización de 10.000 euros por daños morales.
En la sentencia, a la que ha tenido acceso La Tribuna, el tribunal considera probado que el procesado, de iniciales J. M R., de nacionalidad española y residente en una pedanía de Ciudad Real, reservó una habitación en un hotel de la capital en mayo de 2021. Una de las noches la pasó con la víctima y una amiga de ella. Estuvieron toda esa noche sin dormir y consumiendo alcohol y sustancias estupefacientes. A la mañana siguiente la amiga abandonó el hotel, quedándose el acusado a solas con la denunciante. A primera hora de la tarde, aprovechando que ella aún dormía sobre la cama, se desnudó, se tumbó junto a ella, le quitó la ropa interior y le introdujo los dedos en la vagina.
"La víctima ha sido persistente en su incriminación, coherente y sin contradicciones en el hecho nuclear, no concurre incredibilidad subjetiva y su testimonio viene corroborado de forma suficiente por otros elementos probatorios", argumenta la sentencia, en la que se hace alusión a la conversación telefónica que ella le graba a él, así como un intercambio de mensajes por wasap, de los que se infiere que el acusado admitía lo sucedido, no de forma explícita, pero sí con suficientes detalles para afirmar que "los dos hablaban de lo mismo", y que lo que hizo él lo hizo "por amor" o porque "las personas somos animales". La Sala rechaza como posibles atenuantes el consumo de alcohol y drogas durante la noche ya que cuando se produce la agresión, a primera hora de la tarde, el acusado ya no estaría actuando bajo sus efectos.
Por todo ello, la Audiencia da credibilidad a la denuncia de la joven, que era vecina del acusado en esta pedanía, y le condena a 7 años de prisión por un delito de abuso sexual, 7 años más de libertad vigilada, y le prohíbe aproximarse la víctima a menos de 500 metros durante 10 años más.
Ante esta sentencia cabe recurso de apelación ante la Sala de lo Civil del Tribunal Superior de Justicia de Castilla-La Mancha.