García Rodero muestra la España mágica

EFE
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El Círculo de Bellas Artes acogerá desde mañana viernes la exposición 'España oculta' donde Cristina García Rodero (Puertollano, Ciudad Real, 1949) sumerge al espectador en un viaje mágico y misterioso por España

García Rodero muestra la España mágica - Foto: Irene Mancebo

El Círculo de Bellas Artes acogerá desde mañana viernes la exposición 'España oculta' donde Cristina García Rodero (Puertollano, Ciudad Real, 1949) sumerge al espectador en un viaje mágico y misterioso en el que muestra al ser humano a través de las tradiciones y rituales menos conocidos de España.

Desde sus inicios, con solo 23 años García Rodero ha recorrido miles de kilómetros buscando "con pasión" imágenes que muestran el vinculo que la gente tiene entre lo terrenal y lo espiritual, algo que ha encontrado en los ritos y tradiciones de España.

García Rodero muestra la España mágicaGarcía Rodero muestra la España mágica - Foto: Irene Mancebo

"Fui una kamikaze. Cuando empecé era ignorante, no sabía donde iba, no tenía experiencia. Me encontré sola ante una España desconocida y quería entrar a sus entrañas", ha dicho este jueves en rueda de prensa Cristina García Rodero quien ha señalado que estaba harta de que solo se ofreciera una imagen de España para los extranjeros.

García Rodero muestra la España mágicaGarcía Rodero muestra la España mágica - Foto: Irene Mancebo"Una idea con la que se dejaba atrás tradiciones infinitamente más interesantes por su antigüedad como los carnavales de Galicia", ha recordado García Rodero , destacada figura en la fotografía contemporánea, galardonada con el Premio Nacional de Fotografía en 1996 y la primera española en unirse a la agencia Magnum.

Comenzó su camino en 1973 cuando la Fundación Juan March le concedió una beca de creación artística. "Con 180.000 pesetas -1.082 euros- pude adquirir mi primera cámara, una Asahi Pentax de 35 mm, y recorrer durante un año los pueblos de España para documentar la memoria de sus fiestas", ha contado la artista internacional.

"Contar las tradiciones y los ritos españoles fue y sigue siendo mi proyecto más importante", ha dicho la artista, que por primera vez se convierte en comisaria de su propia exposición y para el montaje ha contado con el comisario de arte Eloy Martínez de la Pera.

La muestra recoge la serie completa de 152 fotografías en blanco y negro que conforman el volumen 'España Oculta (1989), un libro que recoger el trabajo de 15 años por los pueblos españoles y que ahora, 35 años después, vuelve a editarse con el añadido de imágenes inéditas.

En el recorrido de la muestra se ven desde danzantes, romerías, corridas de toros, carnavales, procesiones, las confesiones al cura, las peticiones de lluvia para el campos, la penitencia por un hijo curado, además de 'Las Mayas', 'El Empalao' o 'El Colacho'.

"He intentado captar el alma misteriosa, verdadera y mágica de la España popular de toda su pasión, amor, humor, ternura, rabia y dolor en toda su verdad", ha contado García Rodero quien ha reconocido que ahora ve un país diferente: "ha evolucionado mucho, en unas cosas para bien, en otras para mal".

A lo largo la muestra también hay imágenes con misterio, otras que conducen a lugares mágicos, pero todas cuentan historias como la famosa fotografía en la que aparece una mujer confesando sus pecados un cura al aire libre.

"Muchas veces me han preguntado si había preparado esa foto, pero cómo iba a llevar un confesionario encima", se ha preguntado la artista, quien ha reconocido que fue una foto sencilla de hacer. "Me ha dado muchas satisfacciones".

"Las imágenes son momentos", ha asegurado García Rodero que ha entregado su vida a contar historias siempre con respeto. "Cuando se asiste a una fiesta popular hay que tener en cuenta que esa ceremonia es muy importante para sus habitantes. Hay que tener respeto por las cosas de los demás a todos los niveles.

Ahora, 50 años después, García Rodero ha recordado que arrancó su carrera con mucha vocación y muchísimo miedo. "Tenía mucha carencia económica, pero me gustaba tanto mi trabajo, cada viaje era una aventura, encontraba amigos nuevos, gente del pueblo, gente sencilla, generosa. Eran tantos estímulos para no continuar...".