El festival taurino fue, en cierta manera, una forma de reivindicar lo nuestro; ganaderos y lidiadores homenajearon al día de la provincia, en un festejo en el que hubo de todo, cogidas y sustos incluidos. Se hizo patente que con este marco y con esos mimbres no hace falta que venga nadie a decirnos cómo se han de hacer las cosas. Ahí tienen a un modesto empresario, Luis Pérez, en colaboración con la Diputación, cómo supo darle forma a un festejo al que acudieron más de tres mil personas. Un aviso para lo que ha de venir en la feria de agosto, sin empresa y sin carteles todavía. Un dislate.
Al finalizar el paseíllo se guardó un minuto de silencio en memoria de grandes aficionados y amigos que nos dejaron, desde el médico Rafael Ruiz, hasta nuestro compañero de la crítica Juan Pérez Serrano, pasando por 'Angelín', Gregorio Herrero y Andrés Prado, recibiendo su viuda, una placa de reconocimiento.
Se lidiaron cuatro novillos de Mollalta, de juego dispar, justos de fuerzas y deslucidos. El mejor, el segundo. Dos toros de Manuela Patón, de Villamanrique, (tercero y cuarto), de más presencia, con celo, encastados y flojos. Decir en este apartado, que nos quedamos sin ver a los pupilos de Víctor y Marín, por lesiones en el campo. Lástima porque la ganadería Fenanduca, atraviesa un buen momento.
Aníbal Ruiz, durante una de sus faenas. - Foto: Jesús MonroyVíctor Puerto, muy suelto toda la tarde, dio lances de recibo al primero, para llevarlo a continuación al caballo. Quitó por chicuelinas en plan airoso antes del segundo tercio. Brindó a su hijo y a su tío Sánchez Puerto; anduvo firme y por encima de su enemigo en el trasteo, pues se quedaba corto y con la cara alta. Apenas tuvo recorrido y Puerto lo muleteó firme en las escasas embestidas que le propició. Estocada pelín contraria y dos descabellos. Oreja. Este será su año de despedida. ¿Volverá en la feria?
Con el jabonero sucio, Aníbal Ruiz, fue arrollado en los lances iniciales, el novillo medía mucho y el piquero le puso una vara arriba. El animal tenía sus teclas que tocar y además se colaba por el pitón derecho. Buen tercio de banderillas a cargo de Roque Vega y de Miguel Ángel Ramírez. La vuelta de campana le restó fuerza y Aníbal ejecutó los mejores naturales y más templados. Echó las rodillas en tierra y cerró con vistoso abaniqueo. Entera de efectos rápidos. Dos orejas.
El 'salinero' de pelo, que hizo tercero, recibió un puyazo en la entrada al caballo; se lucieron de nuevo, Vega y Miguel Ángel Ramírez. Muletazos limpios de Fernando Tendero en los comienzos a un toro con fijeza pero que echaba la cara arriba. Se le coló un par de veces y fue cogido sin consecuencias. Estuvo por encima. Estocada arriba. Oreja.
Carlos Aranda, con la muleta. - Foto: Jesús MonroyEl cuarto, de Patón como el anterior, de bonitas hechuras, buen ramillete de verónicas cerradas con media, a cargo de Aranda. Apretó en el peto y se lució en la lidia Jorge Fuentes. Brindó al Presidente de la Diputación y al alcalde y enseguida encontró las distancias, toreándolo a media altura y con mucha suavidad. Fue el astado del encierro. No se dejó enganchar el de Daimiel y realizó la labor de más enjundia. Bonitos ayudados por alto, finales. Pinchazo hondo, aviso y descabello. Dos apéndices.
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En el quinto, el novillero Aarón Infantes se marchó a 'portagayola' y el novillo le arrolló; en el tumulto, Aníbal saltó para el quite y salió también volteado, quedando medio conmocionado. El burel era 'fuertecito' y recibió dos puyazos. Aarón, maltrecho, dio un par de series aplaudidas por naturales y se perfiló para entrar a matar. Buena estocada y oreja con petición de la segunda. El sexto fue cambiado precipitadamente por el palco por posible cojera; salió un sexto bis, playerón, castaño de Mollalta, blando que le vino grande a Adrián Reinosa. Muy inseguro, terminó sufriendo un revolcón del novillo que tampoco era un dechado de virtudes. Muy valiente y con ganas, pero debe placearse más. Casi entera tendida. Oreja.