La escritora y colaboradora de La Tribuna de Ciudad Real, Nieves Fernández, ha escrito el que seguramente sea su último libro de relatos cortos. Una obra en la que reúne historias que ha escrito en los últimos años y que ha publicado la Biblioteca de Autores Manchegos, dentro de la colección Ojo de Pez. El pañuelo de yerbas y otras yerbas es una obra que recoge 24 relatos escritos que, no fue planeado así, pero que Fernández, releyendo el texto considera que presenta un hilo temático común: la fiesta, la tradición y el costumbrismo local, en muchos de ellos, aunque otros se alejan de esa temática inicial.
Es un libro que ha ido formándose con el tiempo, confiesa la autora, que el pasado viernes presentó el texto en la residencia Santo Tomás de Villanueva. «Hay relatos que datan de la pandemia, otros más recientes... cada uno tiene su propia historia y su idiosincrasia. No fue intencionado», indica Fernández, quien considera que hay muchos lectores, que le han comentado que «hay cierto hilo conductor en torno a las festividades populares».
Fernández explica que hay referencias en algunos relatos a tradiciones tan ciudadrealeñas como los armaos, el pañuelo de yerbas en referencia a la Pandorga, pero también a otras de ámbito nacional como San Juan o la Semana Santa. «Simplemente estaban ahí, eran los relatos que tenía disponibles, los que habían quedado fuera de otros proyectos», explica, por lo que no había intención manifiesta de hacer un libro que ahonde en esas tradiciones .
Más allá de los relatos sobre festejos, Fernández explica que quienes han leído el libro antes de su publicación han señalado Derechos de un huevo frito y El grupo insectil, como los que han sido sus preferidos. El primero, porque es «totalmente diferente» al resto de texto; el segundo, por «su estructura y por lo que dice».
El título del libro, El Pañuelo de Yerbas y las otras yerbas, juega con el simbolismo del tradicional pañuelo manchego, pero también con la metáfora de lo diverso, de lo distinto. «Me gustaba la idea de recoger esa variedad, de aludir a lo festivo y a lo cotidiano, a lo rural y a lo simbólico».
Este nuevo título será, según afirma, su cuarto y último libro de relatos cortos. «Tengo todavía algunos cuentos guardados, pero de momento no con intención de publicarlos» De hecho considera que le ha llegado el momento de explorar otros géneros, «de plantearme nuevos retos», dice ella. «Me apetece escribir algo más largo, quizá una novela. No quiero decirlo muy alto, porque igual no lo hago nunca, pero me gustaría intentarlo», indica, sin ahondar en qué tema puede tener. Antes de El Pañuelo de Yerbas había escrito Cuentos animados, Pasos contados y La concejala y otros cargos, este último el libro anterior de relatos y que cuando estaba todo listo para ser publicado y se iba a presentar llegó la pandemia y lo tuvo que dejar un tiempo en el olvido. Su intención es recuperarlo este año, buscar nuevas presentaciones y darle un empujón a las pequeñas historias que narra en este volumen,
Una nueva etapa.
Fernández afronta este periodo porque le ha llegado una nueva etapa en su vida, tras jubilarse de su puesto como maestra. Un periodo que considera de reflexión y de reorientación creativa. «Ahora tengo más tiempo, sí, pero también más exigencias conmigo misma. No quiero repetirme. He escrito relatos, poesía, teatro, literatura infantil... así que ahora busco algo distinto, algo que me complique un poco la vida como escritora», señaló.
En esta nueva etapa, su objetivo no es solo seguir escribiendo, sino hacerlo con un propósito artístico más claro. «La narrativa tiene su miga. El relato corto, aunque breve, debe impactar. Y muchos de estos cuentos lo hacen. Pero siento que necesito cambiar y evolucionar», indica.
Con El pañuelo de Yerbas, la columnista de La Tribuna alcanza su publicación 40 en solitario, aunque en total, contando antologías y publicaciones colectivas, la cifra es mucho mayor.
Sobre el auge de la poesía en redes sociales, y su posible paralelismo con el relato corto, opina que «vivimos en la era de la inmediatez, y eso ha hecho que la poesía breve tenga un boom. Pero la narrativa breve también debería encontrar ahí su espacio. Quizá no lo ha hecho tanto por la complejidad estructural que implica. Aun así, creo que los relatos pueden ser tan impactantes y accesibles como un poema».
Por último, al preguntarle sobre el futuro, señala que tiene en cartera unos libros infantiles pendientes de publicar. «Uno de ellos, con Oretania, saldrá probablemente el mes que viene.» El resto están aún pendientes de algunos aspectos para publicarse. Por lo tanto, aunque piense en novela, Fernández sigue recurriendo a esta pasión como es la literatura infantil, ni tampoco a la poesía, otra de sus pasiones. «A la hora de trabajar tienes que someterte un poco a lo que quieres decir, a esa estructura», indica Fernández, quien deja la parte poética de su literatura para hablar de sus estados más personales y los relatos cortos también como una interiorización, en la que puede ser protagonista de la historia.